Si bien los profesionales médicos no lo recomiendan, algunas mujeres examinan su propia vagina y vulva en casa. Un autoexamen vaginal nunca reemplaza una evaluación profesional, pero puede haber situaciones en las que necesite examinar su propia vagina y vulva. Sin embargo, cualquier autoexamen de estas áreas debe realizarse con cuidado para reducir el riesgo de infección o daño al tejido frágil.
Este artículo analiza los pasos para realizar un autoexamen vaginal. También cubre las limitaciones y cuándo ver a un proveedor de atención médica.
Autoexámenes vaginales y vulvares
Un autoexamen vaginal es una forma de observar su vulva y vagina para comprender mejor su cuerpo y detectar problemas que pueden necesitar atención médica. No es diagnóstico ya que pocas enfermedades vaginales pueden diagnosticarse visualmente.
No es lo mismo un autoexamen vaginal que un examen vulvar. Al usar el término vagina, mucha gente piensa en los genitales externos; sin embargo, examinar el área exterior es la vulva.
Los exámenes vulvares son más fáciles de realizar y pueden detectar anomalías físicas que podrían ser causadas por herpes genital o VPH. Si ve algo anormal en o cerca de su vulva o labios, debe hacer un seguimiento con su proveedor de atención médica para realizar las pruebas adecuadas.
Un autoexamen vaginal nunca debe considerarse un sustituto de un examen pélvico anual, durante el cual una prueba de Papanicolaou y otras pruebas pueden detectar cambios anormales en las células cervicales y vaginales.
Realizar un autoexamen vaginal
Para realizar un autoexamen vaginal, necesitará una luz fuerte como una linterna, un espejo, guantes desechables, un lubricante vaginal y jabón antiséptico.
Aquí está cómo hacerlo:
- Lávese las manos con jabón y séquelas.
- Coloque los guantes en sus manos y una pequeña cantidad de lubricante en el guante.
- Encuentra un lugar para relajarte. Puede ser el suelo o tu sofá, donde te sientas cómodo.
- Recostarse.
- Dobla las rodillas, con los pies bien separados.
- Coloque el espejo a sus pies para que pueda ver su vulva y vagina.
- Con su mano enguantada, abra los labios de su vulva para ver su vagina.
- Toma nota del color y la textura de tu vulva y vagina, así como de cualquier cambio o secreción en la piel.
A algunas personas les resulta más fácil que un amigo o compañero sostenga el espejo durante el examen. En términos generales, es posible que desee evitar los autoexámenes durante su período, ya que puede ser más difícil ver cambios o anomalías.
Cambios vaginales
Puede haber muchas razones por las que una persona puede optar por realizarse un autoexamen vaginal. Puede ser para aprender más sobre su propio cuerpo o para detectar cambios indicativos de una infección, ovulación o embarazo.
Algunos cambios que podrías notar:
- La secreción vaginal puede diluirse durante la ovulación o espesarse una vez que ha ocurrido la fertilización y la implantación del óvulo.
- Los cambios de color y textura pueden indicar una infección.
- Las enfermedades de transmisión sexual como la clamidia pueden manifestarse con enrojecimiento, picazón, dolor e inflamación cervical.
- Las infecciones por hongos pueden tener una secreción similar al requesón e hinchazón de los labios.
Consulte a su proveedor de atención médica
Si encuentra una anomalía, no se autodiagnostique ni se trate con remedios caseros o de venta libre basados en esa conclusión. Consulte a un proveedor de atención médica y siga los procedimientos de diagnóstico apropiados.
Por otro lado, si no encuentra ninguna anormalidad, esta no es una razón para asumir que todo está bien. Aún debe ver a su proveedor de atención médica para exámenes de detección y chequeos regulares.
Incluso los proveedores de atención médica pueden sacar pocas conclusiones de un examen pélvico cuando se usa de forma aislada. Por ejemplo, la vaginosis bacteriana y el herpes genital se detectan alrededor del 39 % y el 48 % de las veces con un examen pélvico.
Un autoexamen vaginal no se recomienda ni es efectivo para detectar cáncer de cuello uterino o cambios precancerosos. Estos solo pueden detectarse a través de la prueba de Papanicolaou y otras pruebas de diagnóstico directo.