Factor de riesgo Accidente cerebrovascular isquémico Hemorragia cerebral Trombosis venosa cerebral
De fumar +
Hipertensión crónica no tratada +
Enfermedad cardiaca no tratada +
Aneurisma Cerebral +
Hipertensión aguda severa +
Trauma de la cabeza +
Estilo de vida sedentario +
Altos niveles de grasa y colesterol en la sangre +
Embarazo, trabajo de parto y parto +
Consumo crónico y excesivo de alcohol +
Efectos excesivos de los anticoagulantes +
Trastorno hemorrágico ((alto riesgo de hemorragia) +
Trastorno de la coagulación de la sangre (alto riesgo de coagulación de la sangre) + +
Enfermedad autoinmune + +
Factores de riesgo para diferentes tipos de ACV

Diagnóstico

Un CVA es una emergencia médica que requiere atención médica inmediata. Un diagnóstico rápido y preciso a menudo es posible con un examen físico y pruebas de imágenes cerebrales. Si una persona que tiene un ACV puede comunicarse, una descripción de los síntomas también es muy beneficiosa en el diagnóstico.

El examen físico, que incluye un examen neurológico, puede identificar rápidamente cambios en los signos vitales (como presión arterial muy alta) que pueden requerir tratamiento urgente. El examen neurológico puede detectar evidencia de un accidente cerebrovascular, como debilidad en un lado del cuerpo.

Pruebas de imagen

Las pruebas urgentes pueden incluir una tomografía computarizada (TC) cerebral, que es un tipo de radiografía detallada que no toma mucho tiempo. La resonancia magnética nuclear (RMN) del cerebro puede llevar más tiempo y puede detectar áreas sutiles de daño.

Es posible que se necesite una angiografía por TC cerebral o una angiografía por RM para visualizar los vasos sanguíneos del cerebro. Algunas circunstancias pueden requerir un angiograma cerebral, mediante el cual un catéter insertado en el brazo o la pierna atraviesa el cuerpo hasta el área de interés (usando rayos X para mostrar su ubicación). Cuando llega al área correcta, el área recibe una inyección de tinte de contraste.

Otras pruebas

Dependiendo de las circunstancias, pueden ser necesarias otras pruebas para determinar si los problemas médicos en curso necesitan tratamiento en asociación con un CVA.

Estos pueden incluir análisis de sangre para identificar si hay un trastorno hemorrágico o un trastorno de la coagulación de la sangre, anomalías electrolíticas (cambios en la concentración de partículas cargadas esenciales en la sangre) o evidencia de una infección. Estos problemas también deben tratarse con prontitud en la fase inmediata del tratamiento del ACV.

Después de que una persona se ha estabilizado médicamente desde la etapa inmediata de un CVA, se necesitan otras pruebas para determinar si existen factores de riesgo subyacentes y problemas de salud que necesitan tratamiento. Estos pueden incluir un ecocardiograma, una ecografía carotídea, un angiograma cerebral y análisis de sangre que pueden detectar trastornos inflamatorios o trastornos hemorrágicos.

Si otros signos apuntan a factores de riesgo subyacentes menos comunes, como una infección, podrían ser necesarios hemocultivos y/o punción lumbar (punción lumbar).

Tratamiento

El manejo de un CVA implica la estabilización médica inmediata y el tratamiento para reducir el potencial de daño cerebral. El manejo a largo plazo se enfoca en la rehabilitación y el tratamiento de los factores de riesgo subyacentes.

Las diferentes causas de CVA requieren diferentes intervenciones. El tratamiento inmediato puede incluir lo siguiente, según sea necesario y apropiado:

  • Mantener una presión arterial saludable, lo que incluye el tratamiento de la presión arterial baja o alta
  • Estabilización de la función cardíaca
  • Anticoagulantes
  • Manejo de glucosa

La rehabilitación puede comenzar dentro de los primeros días después de un ACV. Para las personas que han tenido un daño cerebral extenso debido a un CVA, es posible que la fisioterapia, la terapia ocupacional, la terapia del habla y la terapia de deglución deban continuar durante meses o más.

Según el nivel de función e independencia después de un ACV, la rehabilitación puede realizarse de forma ambulatoria o hospitalaria.

La prevención del accidente cerebrovascular es una parte constante del tratamiento después de un ACV. El tratamiento de las condiciones médicas y los factores de riesgo es crucial para prevenir otro ACV.

Pronóstico

El pronóstico después del ACV es muy variable. Muchas personas lo hacen muy bien y pueden funcionar con limitaciones mínimas. Sin embargo, algunas personas experimentan cambios sustanciales en sus capacidades físicas o cognitivas después de un CVA.

A medida que se recupera de un ACV, su pronóstico se hará más evidente durante los primeros días y semanas. Muchas personas que inicialmente parecen no tener un buen pronóstico, eventualmente pueden experimentar buenos resultados e independencia después del ACV.

Albardilla

Un CVA puede resultar en muchos cambios físicos, cognitivos y de salud. Lidiar con el resultado de un CVA puede ser un desafío emocional y físico.

El apoyo práctico, junto con la rehabilitación, puede ayudarlo a adaptarse a la vida cotidiana.

Además, buscar apoyo emocional al aprender a vivir con las limitaciones que pueden resultar de un CVA puede resultar útil. A veces, hablar con un terapeuta profesional que tenga experiencia en asesorar a personas que se han recuperado de un CVA también puede ayudar. Los miembros de la familia, especialmente los cuidadores principales, también pueden beneficiarse del apoyo.

El apoyo emocional puede provenir de un terapeuta autorizado, y algunas personas también pueden beneficiarse al unirse a un grupo de apoyo para sobrevivientes de un accidente cerebrovascular o cuidadores de sobrevivientes de un accidente cerebrovascular.

Resumen

Un accidente cerebrovascular (CVA) es una interrupción del flujo sanguíneo o sangrado en el cerebro. Puede afectar una arteria o una vena del cerebro y causar daño al tejido cerebral. Los tres tipos principales de CVA son un accidente cerebrovascular isquémico, una hemorragia cerebral o una oclusión venosa cerebral.

Estos eventos son emergencias médicas que requieren atención médica inmediata. Los efectos inmediatos de un CVA pueden incluir dolor de cabeza, debilidad, cambios en la visión y convulsiones. El tratamiento puede minimizar el daño que causa. El manejo a largo plazo implica la rehabilitación y la prevención de otro ACV.

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