Existe una superposición importante entre la pérdida de memoria y los factores de riesgo de accidente cerebrovascular que podrían sugerir una afección llamada demencia vascular. ¿Qué es la demencia vascular? Conozca los síntomas y el tratamiento de esta afección y cómo podría afectar el sueño de las personas afectadas.

¿Qué es la demencia vascular?

La demencia se refiere a un trastorno caracterizado por el deterioro crónico y progresivo de la memoria, la pérdida del razonamiento y los cambios de personalidad que resultan de diversas causas. Una de las posibles causas de esta pérdida de memoria percibida es la acumulación de numerosos pequeños golpes en el cerebro. Un accidente cerebrovascular es la pérdida repentina del flujo sanguíneo en un área del cerebro que puede provocar síntomas de debilidad, entumecimiento, pérdida de la visión y dificultad para hablar. Los accidentes cerebrovasculares también pueden afectar la función cognitiva, afectando el lenguaje, la memoria y la organización. La demencia puede ocurrir en alrededor del 25 al 33% de las personas después de un accidente cerebrovascular.

La demencia vascular se caracteriza por un empeoramiento sutil y progresivo de la memoria que ocurre de forma escalonada debido a accidentes cerebrovasculares que ocurren dentro del cerebro. Los déficits pueden comenzar repentinamente y luego permanecer estables durante un período de meseta antes de que ocurran más insultos al cerebro. Puede ser difícil de distinguir clínicamente de la enfermedad de Alzheimer, que ocurre cinco veces más y se debe a un proceso de enfermedad diferente. Las condiciones pueden superponerse en algunas personas.

Los factores de riesgo de la demencia vascular son los mismos que los del accidente cerebrovascular. Éstas incluyen:

  • Hipertensión
  • Colesterol alto (hiperlipidemia)
  • Enfermedad cardiaca
  • Diabetes
  • Género masculino
  • De fumar
  • consumo de alcohol
  • Apnea obstructiva del sueño

Estos problemas pueden provocar el estrechamiento de los vasos sanguíneos que irrigan el cerebro, un proceso llamado aterosclerosis. La disminución del flujo sanguíneo puede provocar una oclusión repentina y daños en el área del cerebro que antes estaba irrigada. La condición se puede diagnosticar de manera efectiva con imágenes de resonancia magnética (MRI) que revelarán estas áreas de daño.

Síntomas y tratamiento

Las personas con demencia vascular experimentan importantes problemas de memoria que afectan su capacidad para vivir de forma independiente. Las dificultades con la organización y la resolución de problemas son comunes. Con frecuencia ocurren cambios en el estado de ánimo como depresión, irritabilidad y apatía (falta de interés). La memoria de palabras a menudo se ve afectada. Las alucinaciones o los delirios ocurren con menos frecuencia, pero pueden ser muy molestos. Si los accidentes cerebrovasculares afectan áreas del cerebro responsables de la sensación, el movimiento, el equilibrio o la visión, es posible que se presenten otros síntomas.

La evaluación por un neurólogo es importante para documentar los déficits y organizar pruebas adicionales, como una resonancia magnética, según corresponda. A menudo se realizan análisis de sangre para evaluar la vitamina B12, la función tiroidea, los niveles de colesterol y el control de la glucosa. Más allá de controlar los factores de riesgo para reducir la ocurrencia de accidentes cerebrovasculares adicionales, no hay más tratamientos disponibles para la demencia vascular.

Demencia vascular y sueño

Existe evidencia de que la demencia vascular puede conducir a la interrupción de los ciclos normales de sueño y vigilia. Esto puede conducir a una mala calidad del sueño. No parece haber una correlación entre el grado de alteración del sueño y la gravedad del deterioro intelectual. En otras palabras, es posible que el sueño no sea peor entre las personas con demencia vascular más grave.

Es importante señalar que la demencia vascular está más fuertemente asociada con la apnea obstructiva del sueño. Esta condición puede contribuir a las quejas cognitivas y del estado de ánimo, así como a la somnolencia diurna excesiva. Afortunadamente, si hay apnea del sueño, la terapia eficaz con presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP) puede reducir el riesgo de más accidentes cerebrovasculares. Según el grado de deterioro, algunas personas con demencia pueden no ser capaces de cumplir con el tratamiento.

Si le preocupa que usted o un ser querido puedan estar sufriendo de demencia vascular, hable con su proveedor de atención médica y un especialista del sueño acerca de la evaluación requerida y las posibles formas de reducir el riesgo de daño adicional.

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