La tiña no tiene nada que ver con los gusanos reales. Más bien, la erupción roja en forma de anillo, conocida clínicamente como tiña, es una infección por hongos. Es altamente contagioso y se propaga fácilmente. A menudo, todo lo que tiene que hacer para contraer la tiña es tocar a alguien o algo que pueda estar infectado. A veces, incluso puede contraer una infección por hongos al tocar el suelo.
Causas comunes
Hay más de 40 especies de hongos que pueden causar la tiña, según la Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CENTROS PARA EL CONTROL Y LA PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES). Estos hongos son conocidos como dermatofitos. Dermatofitos específicos asociados con los diversos tipos de tiña, incluidos el pie de atleta, la tiña inguinal, tiña de la cabeza (una infección fúngica del cuero cabelludo), y otros incluyen tricofiton, Microsporumy epidermofiton.
Los dermatofitos prosperan en áreas cálidas y húmedas del cuerpo donde se alimentan de queratina muerta, células de la piel en la epidermis y en las uñas y el cabello.
Las infecciones que provocan son altamente contagiosas y pueden transmitirse fácilmente por contacto de piel a piel, es decir, al tocar a alguien que tiene una infección por hongos.
Esto significa, por ejemplo, que es posible infectarse tomando prestado un cepillo para el cabello o una gorra de alguien con tiña de la cabeza (tiña del cuero cabelludo) o andando descalzo en áreas donde alguien con pie de atleta ha estado caminando o de pie, como en una ducha o en el vestuario de un gimnasio.
Los niños son especialmente susceptibles a la tiña y otras erupciones en la piel. Las personas que nacen con sistemas inmunitarios débiles o que tienen sistemas inmunitarios comprometidos debido a enfermedades como el VIH/SIDA o ciertos medicamentos, incluidos los corticosteroides o los medicamentos de quimioterapia, también tienen un mayor riesgo de contraer infecciones fúngicas.
Factores de riesgo del estilo de vida
Los hábitos de salud y otros comportamientos pueden aumentar el riesgo de desarrollar tiña y otras infecciones fúngicas. Éstas incluyen:
- No lavarse las manos con frecuencia cuando está cerca de alguien o algo que podría haber estado expuesto a un hongo.
- Tener la piel húmeda durante largos períodos de tiempo, por ejemplo, no ducharse y secarse por completo después de sudar mucho
- Lesiones menores en piel y uñas.
- Contacto cercano con otras personas que tienen tiña, como compartir una habitación o pasar tiempo en un salón de clases con alguien que está infectado.