El glaucoma se refiere a un grupo de enfermedades que causan daño al nervio óptico. Con más de un millón de fibras nerviosas, el nervio óptico conecta el ojo con el cerebro. Este importante nervio es responsable de llevar las imágenes al cerebro.

Las fibras del nervio óptico forman una parte de la retina que nos da la vista. Esta capa de fibras nerviosas puede dañarse cuando la presión del ojo (presión intraocular) se vuelve demasiado alta. Con el tiempo, la alta presión hace que las fibras nerviosas mueran, lo que provoca una disminución de la visión. Es probable que se produzca pérdida de la visión y ceguera si el glaucoma no se trata.

Síntomas

El glaucoma ha sido apodado el «ladrón furtivo de la vista» porque a menudo pasa desapercibido y causa daños irreversibles en el ojo. Por lo general, no hay síntomas en las primeras etapas de la enfermedad. Muchas personas tienen glaucoma pero no son conscientes de ello, lo que la convierte en una enfermedad ocular silenciosa y aterradora.

A medida que avanza la enfermedad, la visión parece fluctuar y falla la visión periférica. Si no se trata, la visión puede reducirse a visión de túnel y, finalmente, ceguera total.

Causas

En otros casos, el ojo puede producir más líquido de lo normal y simplemente no puede drenarse lo suficientemente rápido, lo que produce una presión intraocular más alta. Los investigadores no saben exactamente qué hace que algunas personas sean más propensas a este problema.

Otras causas pueden incluir traumatismos, trastornos genéticos y bajo flujo sanguíneo al nervio óptico.

Factores de riesgo

Tener presión intraocular alta aumenta el riesgo de desarrollar glaucoma. Las personas negras de 40 años o más tienen el riesgo más alto. Cualquier persona mayor de 60 años corre un mayor riesgo, especialmente las personas latinas. Las mujeres corren mayor riesgo que los hombres.

Además, las personas con antecedentes familiares de glaucoma tienen un mayor riesgo de desarrollar glaucoma. Tener enfermedades sistémicas como diabetes, presión arterial alta y problemas cardíacos también aumenta el riesgo. Otros factores de riesgo incluyen la miopía y el traumatismo directo en el ojo.

Tipos

Hay dos tipos principales de glaucoma: el glaucoma crónico, también conocido como glaucoma primario de ángulo abierto (GPAA), y el glaucoma agudo de ángulo cerrado.

  • Glaucoma crónico: El glaucoma de ángulo abierto daña el ojo sin señales de advertencia. Es el tipo más común de glaucoma y a menudo se lo denomina “tipo silencioso”. El daño ocurre con el tiempo, generalmente sin previo aviso.
  • Glaucoma agudo de ángulo cerrado: El glaucoma de ángulo cerrado ocurre rápidamente. Un “ataque” puede producir un ojo rojo y doloroso y síntomas como dolor facial, dolor de cabeza, visión borrosa, halos alrededor de las luces con los colores del arcoíris, náuseas y vómitos. Es una emergencia médica severa.

Cómo se diagnostica

Su oftalmólogo puede usar tonometría o gonioscopia para detectar glaucoma.

  • Tonometría: Una prueba clave en el diagnóstico del glaucoma es la tonometría. Un tonómetro mide la presión intraocular.
  • gonioscopia: Se puede realizar una gonioscopia para observar el ángulo del ojo y detectar si está abierto o cerrado. Una inspección de la salud del nervio óptico también es importante para evaluar cualquier daño que pueda haber ocurrido a causa del glaucoma. Si se sospecha daño, el médico puede medir su campo visual general con un perímetro computarizado o analizar su capa de fibra nerviosa con oftalmoscopía láser de barrido.

Opciones de tratamiento

El objetivo del tratamiento del glaucoma es reducir la presión ocular a un nivel en el que no se produzcan más daños.

  • El tratamiento se administra en forma de gotas para los ojos recetadas. y, ocasionalmente, fármacos sistémicos orales.
  • Se ha demostrado que el tratamiento con láser funciona tan bien como los medicamentos para evitar que se produzcan más daños.
  • En ciertos casos en los que la medicación o los procedimientos con láser no logran este objetivo, la cirugía es útil.
  • Muchas veces la terapia incluye una combinación de estos tratamientos.

Es importante entender que el glaucoma no se puede curar, pero se puede controlar. Desafortunadamente, la pérdida de visión causada por el glaucoma no se puede revertir.

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