El síndrome de Guillain-Barré (GBS) es un trastorno autoinmune en el que los nervios periféricos están dañados y no pueden transmitir señales de manera eficiente. La enfermedad generalmente progresa desde las piernas hasta el tronco e incluso puede afectar el sistema respiratorio, causando una parálisis casi completa.
En el GBS, la vaina de mielina que protege los nervios está dañada, por lo que las señales que viajan a lo largo de los nervios no se transmiten correctamente. Debido a que los nervios no pueden transmitir señales a los músculos, los músculos no funcionarán correctamente, lo que provocará parálisis.
Causas
Nadie sabe exactamente qué causa el GBS o por qué algunas personas lo contraen y otras no. La mayoría de las personas que contraen GBS lo hacen después de tener una infección bacteriana (p. ej., E. coli, neumonía) o una infección viral (p. ej., gripe, Epstein Barr). En algunos casos, se ha relacionado con ciertas inmunizaciones, como la vacuna contra la gripe; sin embargo, las posibilidades de desarrollar GBS son más probables después de contraer la gripe que de recibir la vacuna contra la gripe.
Síntomas
Diagnóstico
Si un médico sospecha de GBS, generalmente realizará una punción lumbar para hacer el diagnóstico. La mayoría de las personas han alcanzado el punto máximo del trastorno, lo que significa la mayor cantidad de parálisis, en aproximadamente dos o tres semanas. La recuperación puede tomar desde unas pocas semanas hasta meses o incluso años. También se utilizan la electromiografía (EMG), los estudios de conducción nerviosa (NCS) y/o las neuroimágenes para descartar otras lesiones.
Tratamiento
No existe una cura para el GBS, aunque la mayor parte del tiempo se revierte por sí solo. Es fatal en un porcentaje muy pequeño de personas que lo desarrollan.
Tanto la terapia con inmunoglobulina como el intercambio de plasma se usan como tratamientos. Debido a la posible gravedad de los síntomas y la complejidad de las terapias, los pacientes suelen permanecer hospitalizados en unidades de cuidados intensivos. Según los síntomas, es posible que sea necesario colocar ventiladores a los pacientes para ayudarlos a respirar y se puede usar fisioterapia para que la función muscular no se deteriore.