Hacerse una radiografía de la rodilla suele ser el primer paso para diagnosticar una afección de la rodilla. En muchos casos, las radiografías de la rodilla pueden ayudar a encontrar la causa del dolor, la sensibilidad o la inflamación. Las radiografías son mejores para mostrar los huesos, pero también pueden revelar cambios en los tejidos blandos y signos de artritis.
Los resultados pueden ayudar a determinar un tratamiento para su rodilla o pueden conducir a pruebas adicionales.
Este artículo explora por qué se realizan las radiografías de rodilla y qué pueden mostrar las imágenes.
Por qué se hacen las radiografías de rodilla
Muchos problemas de rodilla se diagnostican mediante rayos X, una imagen que muestra estructuras internas como huesos y tejidos blandos.
Como parte de la evaluación estándar de su rodilla, su proveedor de atención médica discutirá con usted la naturaleza del problema, examinará su rodilla y posiblemente obtendrá radiografías de la articulación de la rodilla.
Las radiografías de rodilla brindan información útil sobre la alineación de la rodilla, la calidad del hueso y el alcance de cualquier cambio degenerativo (artrítico) dentro de la rodilla.
La resonancia magnética nuclear (RMN) también es una prueba útil. Sin embargo, hacer una resonancia magnética por sí sola no permitirá que un proveedor de atención médica obtenga una comprensión completa de la mayoría de los problemas de rodilla que causan dolor.
Radiografías bilaterales
A veces, su proveedor de atención médica puede querer que le hagan una radiografía en ambas rodillas. Esto se llama radiografía bilateral y es especialmente común si su proveedor de atención médica está buscando signos de artritis.
Qué hay en una radiografía de rodilla
Su proveedor de atención médica buscará lo siguiente en las radiografías de su rodilla:
- Cambios en los tejidos blandos: Hay mucho más además del hueso que se puede ver en una radiografía. También pueden mostrar signos de inflamación de los tejidos blandos y exceso de líquido dentro de la rodilla.
- Calidad del hueso: Las radiografías no son adecuadas para evaluar la densidad ósea. (Necesita una prueba de densidad ósea para eso). Sin embargo, pueden detectar anomalías (p. ej., ciertos trastornos óseos, adelgazamiento de los huesos).
- Alineación: Las radiografías tomadas de pie muestran la alineación de la articulación de la rodilla y anomalías en la alineación de los huesos. La mala alineación puede ejercer una fuerza excesiva sobre partes de la articulación y acelerar los cambios artríticos.
- Espacios articulares: El espacio entre los huesos que se ve en la radiografía en realidad está completamente lleno de cartílago. El estrechamiento de este espacio articular es el mejor signo de la extensión de la artritis de rodilla.
- Signos tempranos de artritis: Otros signos de artritis, incluidos los espolones óseos, se pueden ver en una radiografía. Algunos de estos primeros signos ofrecen una indicación de cuánto de su dolor de rodilla se debe a la artritis temprana.
- Traumatismo/fractura: Las radiografías muestran evidencia de lesión en el hueso, incluidas fracturas. No todas las fracturas aparecen en la radiografía, pero la mayoría sí. Las fracturas comunes que se ven en las radiografías de rodilla incluyen fracturas de meseta tibial y fracturas de rótula.
Una palabra de MEDSALUD
Una radiografía es una prueba muy útil y ayuda a proporcionar información que su proveedor de atención médica puede usar para hacer un diagnóstico de su dolor de rodilla. Si bien esto no es una prueba tan nueva como una resonancia magnética, en algunos casos sigue siendo mucho más útil y también es menos costosa.
Dicho esto, para algunas afecciones, el siguiente paso para hacer un diagnóstico después de completar una radiografía es realizar una resonancia magnética.