El dolor de talón es común en los niños. Si bien puede ser el resultado de una lesión específica, también es comúnmente causado por algo llamado enfermedad de Sever, un tipo de síndrome de uso excesivo similar a los calambres en las piernas o la enfermedad de Osgood-Schlatter.

Los niños con la enfermedad de Sever (también conocida como apofisitis del calcáneo) desarrollan microfracturas donde el tendón de Aquiles se inserta en el calcáneo (el hueso grande que forma el talón del pie). Estas microfracturas pueden causar dolor según el tipo de actividad que esté realizando su hijo. El dolor generalmente empeora con la actividad y mejora con el descanso.

Causas

La enfermedad de Sever es más común en los niños y generalmente ocurre cuando el niño tiene entre 8 y 15 años. Aunque puede afectar ambos talones, lo más común es que solo afecte a uno. Es una enfermedad de uso excesivo, causada con mayor frecuencia por la práctica de deportes o cualquier actividad que involucre mucho movimiento o impacto del talón.

La enfermedad de Sever se observa comúnmente al comienzo de una temporada deportiva escolar. Los niños que pasan por la adolescencia son especialmente propensos a la enfermedad, ya que el hueso del talón suele crecer más rápido que la pierna. Ocurre con mayor frecuencia en niños cuyos pies y tobillos giran hacia adentro cuando están de pie (lo que se conoce como «pies planos» o sobrepronación).

Síntomas y Diagnóstico

El diagnóstico implica una prueba simple en la que el médico aprieta los costados del talón para determinar dónde está el dolor.

La fascitis plantar es otra causa común de dolor en el talón, pero a diferencia de la enfermedad de Sever, el dolor se siente principalmente cuando se inicia la actividad. Después de 10 a 15 minutos de actividad, el dolor “se resolverá solo” y se resolverá solo. Este es el principal diferenciador entre las dos condiciones.

Tratamiento

El tratamiento de la enfermedad de Sever incluye fisioterapia, así como descanso, aplicación de hielo y ejercicios de estiramiento.

También se recomiendan almohadillas para el talón, elevadores o copas para proteger el talón y minimizar el impacto de caminar o golpes.

Para el dolor intenso, un yeso corto en la pierna o una bota para caminar pueden ser útiles. Si el dolor no es tan fuerte, una talonera y ejercicio pueden ser suficientes. Sin embargo, si los síntomas no mejoran, puede ser necesaria la inmovilización.

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