Si tiene fibromialgia o síndrome de fatiga crónica (EM/SFC), puede experimentar dolores corporales nuevos o exacerbados, debilidad, mareos y otros síntomas de su afección durante o después de la ducha.

Esto puede suceder por varias razones, incluida la sensibilidad al calor, la energía que se necesita para realizar una tarea simple como esta, cómo responden sus nervios al flujo de agua e incluso una caída anormal en la presión arterial.

Este artículo explora por qué la ducha que pensó que podría aliviar sus síntomas de fibromialgia o fatiga crónica hace exactamente lo contrario, así como lo que puede hacer para evitar estos efectos.

Esfuerzo

Una ducha requiere más energía de lo que la gente tiende a reconocer. Estás de pie todo el tiempo. Haces una buena cantidad de flexiones, estiramientos y alcances mientras te enjabonas vigorosamente la cabeza y el cuerpo.

La mayoría de las personas no se ven afectadas por esto. Pero para las personas con EM/SFC, incluso las pequeñas cantidades de esfuerzo pueden ser demasiado. Eso se debe a un síntoma llamado malestar post-esfuerzo (PEM, por sus siglas en inglés), una característica definitoria de esta enfermedad.

Las personas que experimentan PEM tienen problemas para recuperarse después de las actividades normales de la vida diaria, como ducharse, vestirse o lavar los platos.

Los síntomas de PEM pueden incluir fatiga severa, sensación de gripe, dolor y/o empeoramiento de otros síntomas asociados.

Las personas con fibromialgia no tienen malestar posterior al esfuerzo, pero algunas tienen un tipo similar de intolerancia al ejercicio.

demasiada relajación

Ambas condiciones pueden superponerse con los trastornos del sueño, como el insomnio, la apnea del sueño y el síndrome de piernas inquietas. Ambos también implican un sueño no reparador.

El agua caliente de una ducha puede ser relajante, lo cual es excelente cuando se trata de músculos tensos y tejidos conectivos. Pero la relajación no es muy útil si estás lidiando con una fatiga profunda debido a estos problemas.

Si te vas a duchar, evita las mañanas, cuando estás luchando especialmente por ponerte en marcha.

Sensibilidad a la temperatura

La sensibilidad a la temperatura está asociada tanto con la fibromialgia como con la EM/SFC. Se sugiere que las anomalías en el sistema nervioso autónomo dificultan que el cuerpo mantenga su temperatura en el rango normal.

Cuando te calientas con una ducha caliente, es mucho trabajo para que el cuerpo se enfríe y vuelva a la normalidad. Algunas personas se sobrecalientan tanto que sudan profusamente después de una ducha.

En algunos casos, la sensibilidad a la temperatura también puede provocar que aparezcan otros síntomas, por lo que vale la pena evitar desencadenarlos.

Caídas de presión arterial

Las personas con EM/SFC son propensas a los mareos gracias a un síntoma llamado intolerancia ortostática. Básicamente, eso significa que se marean al ponerse de pie. Es causado por una caída anormal de la presión arterial.

Otros síntomas de la intolerancia ortostática pueden incluir mareos, debilidad, palpitaciones y/o cambios en la visión (visión borrosa o puntos blancos o negros).

El calor de la ducha combinado con los movimientos del lavado puede hacer que su cuerpo trabaje horas extras para mantener su sentido del equilibrio.

Las personas con fibromialgia también pueden experimentar intolerancia ortostática. Sin embargo, existen otras causas de mareos en la fibromialgia que son diferentes de las que los causan en la EM/SFC.

Respuesta nerviosa aumentada

La presión del agua que golpea tu piel puede irritar tus nervios.

Para algunos, duele mientras están bajo el spray. Es posible que a otros no les duela hasta después de una ducha, cuando sienten los efectos acumulativos de estimular sus nervios hiperreactivos.

Las señales de dolor erróneas pueden causar dolores corporales generalizados. El dolor puede describirse como ardor, dolor punzante u hormigueo.

Este fenómeno se llama alodinia, que es el dolor causado por algo que normalmente no dolería. Hay una forma térmica de alodinia que podría hacer que el calor de una ducha sea aún más difícil de tolerar.

La alodinia es casi universal en la fibromialgia y algunas personas con EM/SFC también la experimentan.

Lo que puedes hacer

Dándose un baño es una solución fácil a algunos de los problemas que te puede causar la ducha.

Esto es especialmente cierto para los mareos, el esfuerzo y una respuesta nerviosa intensificada, ya que puedes descansar mientras te limpias y no estás bajo un chorro constante de agua.

Un baño también tiende a empañar menos el baño, por lo que es posible que le resulte más fácil refrescarse cuando salga.

Si no tienes tiempo para un baño, no tienes bañera o simplemente prefieres ducharte, estos consejos pueden ayudarte:

  • Usa un taburete de ducha: Sentarse significa que se agachará y estirará menos, y podría evitar mareos mientras conserva energía.
  • Usa agua más fría en la ducha.: Si el agua caliente tiene un impacto negativo en usted, siempre puede bajar la temperatura.

En cualquier caso, podría ser mejor bañarse o ducharse por la noche en lugar de por la mañana. Esto evitará que se relaje demasiado cuando esté tratando de encontrar energía para comenzar el día y puede ayudarlo a dormir mejor por la noche.

Cuando tomar un baño o una ducha requiera más esfuerzo del que puede reunir, pídale a alguien que lo ayude a entrar y salir de la bañera o la ducha, o use toallitas limpiadoras corporales y champú seco para refrescarse

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