El nervio vago, también conocido como décimo nervio craneal o nervio craneal X, es el nervio más largo del sistema nervioso autónomo que controla las funciones corporales involuntarias. El nervio vago tiene la tarea de regular funciones corporales críticas como la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la respiración y la digestión.

El mal funcionamiento del nervio vago puede socavar estas y otras funciones corporales involuntarias, denominadas disfunción autonómica o disautonomía,

Existen pruebas que pueden ayudar a determinar la eficacia con la que funciona el nervio vago y procedimientos (como la estimulación del nervio vago) que pueden ayudar a tratar trastornos neurológicos como la epilepsia y la depresión.

Este artículo analiza la anatomía y la función del nervio vago, así como las condiciones médicas que pueden afectarlo. También explora la eficacia de la estimulación del nervio vago y dónde puede resultar útil el procedimiento.

El nervio vago es uno de los 12 nervios craneales. Es un nervio largo que se origina en el tronco encefálico y se extiende por el cuello hasta el tórax y el abdomen. Si bien en realidad hay dos nervios vagos (uno izquierdo y otro derecho), se les conoce colectivamente como «el nervio vago».

Es el nervio principal del sistema nervioso parasimpático. El sistema nervioso autónomo está formado por el sistema parasimpático, que controla las funciones de «descanso y digestión», y el sistema nervioso simpático, que maneja las respuestas de «lucha o huida». A menudo se piensa que las dos partes son opuestas entre sí.

El nervio vago transporta información motora y sensorial a diferentes sistemas de órganos del cuerpo, que incluyen:

El nervio vago transporta señales nerviosas al cerebro para regular funciones involuntarias como la frecuencia cardíaca, la respiración, la presión arterial y peristalsis (la contracción en forma de onda de los músculos que mueven los alimentos a través del tracto digestivo).

El nervio vago también proporciona información sensorial a la piel y los músculos que, a su vez, estimula acciones reflejas como toser, estornudar, tragar, atragantarse y vomitar. La información sensorial también estimula funciones corporales como la sudoración, la salivación, la producción de mucosidad y las ganas de orinar.

Nervio vago y el eje intestino-cerebro

El nervio vago también forma un vínculo entre el intestino y el cerebro, conocido como eje cerebro-intestino. En los últimos años, los científicos han establecido un vínculo entre la disfunción del eje cerebro-intestino y condiciones como la obesidad, la epilepsia y la depresión.

Trastornos del nervio vago

Existen muchas afecciones que pueden dañar el nervio vago, como el alcoholismo, la diabetes, los tumores benignos o cancerosos y los traumatismos físicos. Por otro lado, existen numerosas condiciones causadas o influenciadas por la disfunción del nervio vago, cuya causa subyacente puede ser desconocida.

Problemas con el nervio vago denominados vagopatías puede causar una variedad de síntomas según la parte del nervio afectada.

Entre las condiciones asociadas con la vagopatía se encuentran:

  • Reflujo ácido: Esto es cuando los ácidos del estómago retroceden hacia el esófago (tubo de alimentación), incluida una forma crónica de la afección conocida como enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE).
  • Arritmia cardiaca: Este es un latido cardíaco irregular. También puede incluir bradicardia (un ritmo cardíaco anormalmente lento), taquicardia (latidos cardíacos anormalmente rápidos) y palpitaciones (latidos cardíacos salteados).
  • disfagia: Esta es la dificultad para tragar alimentos o líquidos.
  • gastroparesia: Este es un trastorno digestivo en el que los alimentos no se mueven correctamente desde el estómago hacia los intestinos, lo que provoca dolor abdominal e hinchazón.
  • laringopatía: Esta es la disfunción de la laringe (caja de la voz) que puede provocar ronquera y problemas del habla.
  • Hipotensión ortostática: Se trata de mareos o desmayos causados ​​por una caída rápida de la presión arterial al estar de pie o levantarse.
  • Singultus: Este es otro nombre para el hipo.
  • síncope vasovagal: Es un desmayo causado por una respuesta emocional repentina y fuerte, como asustarse o ver sangre. Otros síntomas incluyen zumbidos en los oídos, visión de túnel y náuseas.

Prueba del nervio vago

El diagnóstico de la disfunción del nervio vago puede ser difícil ya que el daño puede ocurrir en cualquier parte a lo largo y en las ramas del nervio.

Una manera simple pero efectiva de probar el nervio vago es revisando el reflejo nauseoso. Esto implica hacer cosquillas en la parte posterior de la garganta con un hisopo de algodón suave. Si la persona no tiene arcadas, podría indicar un problema en el tronco encefálico donde se origina el nervio vago.

Es posible que se soliciten pruebas adicionales para verificar si hay un posible daño o deterioro del nervio vago o daño:

  • Ultrasonido Doppler: Esta herramienta de imagen no invasiva utiliza ondas sonoras para detectar el adelgazamiento de los nervios vagos del cuello. También puede detectar anomalías en los vasos sanguíneos que dan servicio a los nervios vagos del cuello.
  • maniobra de Valsalva: Esta es una prueba en la que exhalas con fuerza mientras mantienes la nariz y la boca bien cerradas. Se utiliza para ver cómo responde su corazón al cambio de presión y puede detectar anomalías que sugieran una disfunción autonómica.
  • Respuesta de conductancia de la piel: Esto utiliza un dispositivo que puede detectar si se produce sudor cuando una persona está bajo estrés. Se puede usar un electrocardiograma (ECG) simultáneamente para ver si su ritmo cardíaco cambia.

Se pueden ordenar otras pruebas para caracterizar sus síntomas o ayudar a reducir las posibles causas.

Estimulación del nervio vago

La estimulación del nervio vago (VNS) es un tratamiento médico en el que se envían impulsos eléctricos al nervio vago para tratar la epilepsia o el trastorno depresivo mayor (MDD).

Se cree que tanto la epilepsia como el MDD son causados ​​por la disfunción del eje cerebro-intestino en el que el nervio vago juega un papel central. La disfunción del eje cerebro-intestino puede conducir al crecimiento excesivo de microbios en el tracto digestivo que interfiere directamente con la función cerebral, lo que aumenta el riesgo de convulsiones y depresión.

La VNS consiste en un dispositivo que se coloca alrededor del pecho y que emite suaves impulsos eléctricos que «resincronizan» las señales nerviosas entre el cerebro y el intestino para que funcionen con más normalidad.

En los Estados Unidos, la VNS está aprobada como terapia adicional para personas de 4 años o más con resistencia al tratamiento. convulsiones focales.

¿Qué tan efectivo es VNS?

Los estudios han demostrado que la VNS reduce la frecuencia de las crisis epilépticas en un 51 % después de un año de tratamiento. Si bien es más difícil establecer la eficacia de la VNS para la depresión, la evidencia actual sugiere que es bien tolerada y potencialmente beneficiosa, pero que se necesita más investigación.

La VNS se está explorando para otras afecciones influenciadas por la disfunción autonómica, como la obesidad, la hipertensión (presión arterial alta), los trastornos de ansiedad, la insuficiencia cardíaca, las arritmias cardíacas, la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson.

Tratamientos naturales del nervio vago

Para aquellos que no tienen acceso a un dispositivo VNS o desean un enfoque de tratamiento más natural, existen prácticas que algunos afirman que pueden ayudar a controlar la disfunción autonómica.

Se cree que estos tratamientos caseros estimulan el nervio vago al disminuir la frecuencia cardíaca y reducir el estrés emocional que puede desencadenar o empeorar los trastornos del nervio vago.

Ejemplos incluyen:

  • ejercicios de respiracion profunda: Se cree que la respiración lenta y consciente estimula el nervio vago, no solo mejorando la frecuencia cardíaca y la presión arterial, sino también facilitando la digestión..
  • Ejercicios de atención plena: Estas incluyen prácticas como el yoga y el tai chi en las que la respiración se sincroniza con los movimientos del cuerpo. Algunos estudios sugieren que tales prácticas pueden mejorar el tono del nervio vago, lo que lleva a una frecuencia cardíaca más lenta y a una presión arterial más baja.
  • reflexología podal: Se ha demostrado que esta práctica basada en masajes reduce la frecuencia cardíaca y la respiración, reduce la presión arterial y aumenta la saturación de oxígeno, lo que sugiere que estimula positivamente el nervio vago.
  • Terapia musical: Se cree que ciertos tipos de música pueden influir positivamente en el estado de ánimo y provocar una respuesta autonómica beneficiosa. Esto puede ser especialmente cierto con sonidos de baja frecuencia entregados con música lenta estructurada rítmicamente.
  • Inmersión en agua fría: Se cree que la inmersión facial en agua fría estimula indirectamente el nervio vago. Esto se evidencia por el hecho de que, después del choque inicial de frío, el ritmo cardíaco comenzará a disminuir. La natación en aguas abiertas puede tener el mismo efecto.

No está claro si alguna de estas técnicas estimula directamente el nervio vago de la misma manera que el VMS eléctrico, pero se sabe que cada una desencadena una respuesta fisiológica positiva que puede ayudar a aliviar el estrés y mejorar el estado de ánimo.

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