Una dislocación de la rótula ocurre cuando la rótula sale completamente de su ranura en el extremo del hueso del muslo (fémur) y se apoya en el exterior de la articulación de la rodilla. Las dislocaciones de la rótula pueden ocurrir con o sin una lesión significativa la primera vez que ocurre la lesión, y la rótula puede dislocarse mucho más fácilmente a partir de entonces.

Síntomas de dislocación de la rótula

Una dislocación de la rótula causa dolor significativo y deformidad de la articulación de la rodilla. La rótula casi siempre se disloca hacia el exterior de la articulación. El dolor y la hinchazón son síntomas comunes de la dislocación de la rótula. Con el tiempo, también se pueden desarrollar hematomas alrededor y debajo de la articulación de la rodilla.

Los signos típicos de una dislocación de la rótula incluyen:

  • Un chasquido doloroso en la rodilla
  • Incapacidad para estirar la pierna (sostenida con la rodilla doblada)
  • Hinchazón y deformidad de la parte delantera de la rodilla.

Una luxación de rótula no debe confundirse con una luxación de rodilla. Una dislocación de rodilla ocurre cuando el hueso del muslo (fémur) y el hueso de la espinilla (tibia) pierden contacto, como si la rodilla se estuviera doblando en la dirección incorrecta.

Una subluxación implica que la rótula se mueve, pero no sale completamente de su lugar. Las subluxaciones pueden provocar molestias, pero generalmente no requieren una intervención inmediata como es el caso cuando ocurre una dislocación de la rótula.

Luxaciones recurrentes de rótula

Cuando la rótula se sale de la articulación por primera vez, los ligamentos que sostenían la rótula en su posición se rompen. La estructura desgarrada más importante se llama ligamento patelofemoral medial o MPFL. Este ligamento asegura la rótula a la parte interior (medial) de la rodilla. Cuando se produce una dislocación de la rótula, el MPFL puede desgarrarse o estirarse.

Una vez que se desgarra el MPFL, a menudo no se cura con la tensión adecuada y, posteriormente, la rótula puede dislocarse más fácilmente. Es por eso que las luxaciones recurrentes de la rótula pueden continuar ocurriendo en algunos pacientes que tienen esta lesión.

Tratamiento

La mayoría de las dislocaciones de la rótula volverán a su lugar por sí solas, pero si no, se tratan con una pronta reducción (reposicionamiento) de la rótula.

La mayoría de los pacientes acudirán a la sala de emergencias y, aunque cambiar la posición de la rótula es relativamente sencillo, el dolor y los espasmos musculares pueden evitar que esto se lleve a cabo con facilidad. Por lo tanto, se puede administrar anestesia (ya sea local o general) para ayudar a reposicionar la rótula.

La mayoría de las dislocaciones de rótula se pueden reposicionar simplemente estirando la rodilla una vez que lo permita el control del dolor y el espasmo.

Después de reposicionar la rótula, el tratamiento suele comenzar con el tratamiento RICE (reposo, hielo, compresión, elevación) para controlar el dolor y ayudar con la inflamación.Por lo general, se ofrecen muletas y una rodillera para ayudar a controlar el dolor.

Si bien evitar el peso sobre la pierna puede ayudar con el dolor, no es necesario quitar todo el peso de la pierna. Una vez que la hinchazón aguda ha disminuido, el tratamiento puede progresar.

La siguiente fase del tratamiento generalmente consiste en fisioterapia y refuerzo de la rótula. Como se discutió anteriormente, las dislocaciones de rótula pueden convertirse en un problema recurrente. Al fortalecer los músculos alrededor de la articulación y con el uso de rodilleras especializadas, la esperanza es estabilizar la rodilla para ayudar a prevenir lesiones recurrentes.

En pacientes que tienen luxaciones recurrentes (repetidas), existen opciones quirúrgicas. El tratamiento habitual es reconstruir el ligamento que tira desde el interior de la rótula para mantenerla en su sitio. En algunas circunstancias, se puede recomendar una realineación de la extremidad, que implica cortar y reposicionar el hueso.

¿Cirugía después de la primera luxación?

Recientemente se ha desarrollado un interés en la prevención de estas dislocaciones recurrentes. Cada vez que la rótula se disloca, el cartílago puede lesionarse y los ligamentos pueden estirarse más.

Las preocupaciones sobre el aumento de la probabilidad de desarrollar artritis por traumatismos repetidos han hecho que algunos médicos sean más agresivos al tratar de prevenir las luxaciones repetidas. Algunos cirujanos están tratando de restaurar la anatomía normal reparando el MPFL después de una primera dislocación.

La cirugía después de la primera luxación es controvertida porque no todos los pacientes que se dislocan la rótula tendrán otra luxación. Además, no se ha demostrado mediante estudios científicos que la cirugía temprana sea útil para prevenir la artritis.

Si su cirujano recomienda la cirugía y no está seguro de proceder, nunca está de más buscar otra opinión. Solo recuerda: no siempre hay una respuesta correcta y una incorrecta. Si bien algunos cirujanos y pacientes pueden tener opiniones firmes, no siempre hay una respuesta clara sobre la mejor manera de proceder.

Nunca está de más buscar otros consejos. Dicho esto, también es importante recordar que demasiados consejos pueden desordenar el pensamiento. Si encuentra un cirujano en el que confía y está seguro de que está buscando lo mejor para usted, entonces quedarse con él puede ser su mejor opción.

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