El trauma torácico puede ser penetrante o cerrado. Si la lesión atraviesa la piel (apuñalamiento, herida de bala, una flecha en el corazón, etc.) lo llamamos traumatismo torácico penetrante. Si un objeto filoso que desgarra profundamente la piel y el músculo no es la causa principal del daño tisular, considéralo un traumatismo torácico cerrado. Algunas fuerzas contundentes aún pueden romper la piel, me viene a la mente ser pateado por un caballo, pero rasgar la piel no se considera un trauma penetrante.

Los accidentes automovilísticos y las caídas provocan los traumatismos torácicos cerrados más frecuentes. Las heridas de bala causan el trauma más penetrante.

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