La policitemia secundaria, similar a la policitemia vera primaria, es un trastorno que provoca una sobreproducción de glóbulos rojos. Cuando se producen demasiados glóbulos rojos, la sangre se vuelve espesa, lo que dificulta su paso a través de los vasos sanguíneos más pequeños.

La diferencia entre los dos tiene que ver con con qué se asocia el trastorno. La policitemia secundaria está asociada con un proceso de enfermedad subyacente, pero la policitemia primaria no lo está.

Síntomas de policitemia secundaria

Los síntomas de la policitemia secundaria, que son los mismos que los de la policitemia primaria, pueden incluir:

  • Debilidad
  • Dolor de cabeza
  • Fatiga
  • aturdimiento
  • Dificultad para respirar
  • Alteraciones visuales
  • Prurito (prurito)
  • Dolor en los músculos del pecho o de las piernas
  • tez rojiza
  • Confusión
  • Zumbido en los oídos (tinnitus)
  • Sensaciones de ardor en las manos o los pies.

La policitemia primaria es causada por una anomalía de las células de la médula ósea que forman los glóbulos rojos. La policitemia secundaria es causada por un trastorno que se origina fuera de la médula ósea y provoca una sobreestimulación de la médula ósea normal, lo que lleva a una sobreproducción de glóbulos rojos.

El trabajo de un glóbulo rojo es llevar oxígeno a los tejidos del cuerpo. Fumar, por ejemplo, interfiere con este proceso, por lo que es una causa común de policitemia secundaria. Otros incluyen:

Diagnóstico

Medir los niveles de oxígeno en la sangre con un análisis de sangre conocido como gasometría arterial (ABG) puede ayudar a los proveedores de atención médica a formular un diagnóstico de policitemia secundaria. Otros análisis de sangre incluyen la medición de la eritropoyetina y los niveles de masa de glóbulos rojos.

Las pruebas de diagnóstico adicionales incluyen un electrocardiograma (ECG) para medir la función cardíaca y pruebas de imagen, como una radiografía de tórax, una tomografía computarizada (TC) o una ecografía, para detectar el agrandamiento del corazón, el hígado o el bazo.

Su proveedor de atención médica también puede usar una prueba genética que busca una mutación en un gen llamado JAK2 que afecta la médula ósea y las células sanguíneas. Esta prueba es positiva en la mayoría de los casos de policitemia primaria y, como resultado, se utiliza para diferenciar entre policitemia primaria y policitemia secundaria.

Tratamiento

El tratamiento de la policitemia secundaria debe controlar o eliminar la afección subyacente. El alivio de los síntomas puede incluir medicamentos como antihistamínicos para aliviar la picazón o aspirina para aliviar el dolor y el ardor asociados con el trastorno.

Debido a que lleva tiempo tratar la afección subyacente, los proveedores de atención médica a veces utilizan la flebotomía (sangría) para reducir la cantidad de glóbulos rojos en el plasma. Se puede tomar hasta una pinta (475 mililitros) de una sola vez, siempre que la persona pueda tolerarlo.

Albardilla

Si ya está lidiando con una afección que puede causar policitemia secundaria, como la EPOC o un tumor, es comprensible que le resulte frustrante enterarse de que tiene que enfrentar un segundo diagnóstico. Quieres sentirte mejor, no peor.

Recuerde que la policitemia secundaria es causada por una condición subyacente, la mayoría de las cuales son bien conocidas y tienen múltiples opciones de tratamiento disponibles. Una vez que se corrige la causa subyacente, los síntomas de la policitemia secundaria generalmente desaparecen. Su proveedor de atención médica lo guiará por el mejor camino para resolver ambos.

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