Un colonoscopio es un instrumento largo, delgado y flexible que se inserta en el ano para realizar una inspección visual del colon y el recto. Tiene una cámara digital y una fuente de luz montadas en el extremo y se utiliza para realizar un procedimiento de diagnóstico común conocido como colonoscopia.

Una colonoscopia se puede realizar en un hospital o en un entorno clínico. Las personas que se someten al procedimiento suelen estar sedadas para que no experimenten molestias. Durante el examen, se muestran imágenes digitales en vivo en un monitor de video para ayudar a guiar la investigación. Las imágenes fijas se toman comúnmente para examinarlas de cerca o para ayudar a hacer comparaciones con imágenes anteriores.

Un colonoscopio es utilizado por un médico especialmente capacitado en la tecnología, incluidos gastroenterólogos y cirujanos colorrectales. Algunas de las condiciones médicas diagnosticadas con un colonoscopio incluyen:

Un colonoscopio se considera una herramienta de primera línea para evaluar y prevenir el cáncer colorrectal.

Si durante el curso de una colonoscopia, el médico detecta un crecimiento anormal de tejido, conocido como pólipo, generalmente usará el colonoscopio para extirparlo para una mayor investigación. Si bien la mayoría de los pólipos son benignos, algunos tienen el potencial de volverse malignos (cancerosos) a medida que crecen.

Para extirpar el pólipo, el médico usará un accesorio eléctrico en el colonoscopio, conocido como lazo de trampa, para extirpar el pólipo y cauterizar la herida simultáneamente. Debido a que hay pocas terminaciones nerviosas en los intestinos, el procedimiento es relativamente indoloro. Esta técnica puede denominarse «lazo caliente». Otras técnicas incluyen una biopsia, fórceps fríos, fórceps calientes y asa fría.

Una vez que se extrae el pólipo, el tejido de la biopsia se enviará a un laboratorio para evaluar si la estructura celular es compatible con cáncer o precáncer. En algunos casos, el médico también puede usar el colonoscopio para tatuar el interior del colon para que el sitio de la biopsia pueda volver a revisarse durante exámenes futuros.

Riesgos y limitaciones

Ningún procedimiento está exento de riesgos, pero los asociados a una colonoscopia se consideran pequeños y los beneficios del tratamiento superan con creces los riesgos. Los riesgos más comunes incluyen:

  • Una reacción adversa al sedante.
  • Sangrado del sitio de la biopsia.
  • Un desgarro o perforación en el colon o el recto.

Al mismo tiempo, si bien los beneficios de una colonoscopia pueden ser significativos, el procedimiento en sí no está exento de limitaciones o deficiencias.

En general, la detección temprana de crecimientos precancerosos puede reducir en gran medida el riesgo de una persona de desarrollar cáncer colorrectal. El problema es que muchos de estos crecimientos no se detectan fácilmente a medida que el colonoscopio se abre camino a través de los intestinos. Esto es especialmente cierto para los cánceres del lado derecho que a menudo pueden evadir la detección ya que están metidos en los pliegues de los intestinos. Sin embargo, las colonoscopias en general se recomiendan como el estándar de oro para la detección y prevención del cáncer de colon.

Un estudio de 2010 de Alemania, compuesto por 3600 participantes masculinos y femeninos, concluyó que las tecnologías colonoscópicas actuales diferían en su eficacia para detectar el cáncer. Según la investigaciónla colonoscopia redujo el riesgo de cáncer del lado izquierdo en un 84 por ciento, pero solo redujo el riesgo de cáncer del lado derecho en un 56 por ciento.

Lo que esto debería decirte

Para asegurar su buena salud personal, muchos especialistas hoy en día aconsejan que no dé nada por sentado y solicitan evidencia visual de que se ha realizado un examen completo. Puede hacerlo solicitando varias imágenes fotográficas, incluida una del ciego (la parte del intestino grueso más alejada del recto).

De acuerdo con las pautas emitido por la Sociedad Estadounidense del Cáncer, todos los adultos mayores de 45 años deben realizarse una colonoscopia como parte de un examen de rutina con investigaciones repetidas cada 10 años. Las personas con mayor riesgo pueden necesitar uno cada tres a cinco años, mientras que las personas con antecedentes familiares de cáncer colorrectal pueden necesitar comenzar antes.

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