Los huesecillos auditivos son una cadena de pequeños huesos en el oído medio que transmiten el sonido desde el oído externo al oído interno a través de vibraciones mecánicas.

Los nombres de los huesos que componen los huesecillos auditivos están tomados del latín. El martillo se traduce como «martillo», el yunque es el «yunque» y el estribo es el «estribo».

Si bien es fundamental para la audición, el trío de huesos auditivos encaja en un área no más grande que una semilla de naranja.

Cómo funcionan los huesecillos auditivos

El propósito de los huesecillos auditivos (también llamados cadena osicular) es transmitir el sonido a través de una reacción en cadena de vibraciones que conecta el tímpano con el oído interno y la cóclea. Una vez que las vibraciones llegan a la cóclea, una cámara hueca parecida a un caracol llena de líquido, se traducen en impulsos nerviosos que el cerebro interpreta como sonido.

La reacción en cadena auditiva comienza cuando el sonido llega al tímpano (membrana timpánica). La presión vibratoria pasa al martillo, un hueso articulado que se flexiona en una de las dos articulaciones incudomaleolares.

Luego, la vibración se transmite al yunque, que se flexiona en otra articulación incudomaleolar antes de transferir los impulsos al estribo, cuyo hueso no solo parece un estribo sino que es el más pequeño del cuerpo.

El papel de los huesecillos auditivos se completa cuando la información vibratoria pasa a la cóclea a través de la ventana oval (la abertura entre el oído medio y el interno).

Los huesecillos auditivos desempeñan un papel importante en la audición, ya que transmiten ondas de sonido desde el aire hasta el núcleo lleno de líquido, la cóclea.

Regulación del Sonido

Además de facilitar la audición, los huesecillos auditivos cumplen una función protectora cuando se exponen a ruidos fuertes y continuos.

Cuando esto sucede, los músculos del oído medio (llamados músculos estapedio y tensor del tímpano) se contraerán. El apriete reduce el movimiento de los huesecillos auditivos y el impacto del sonido.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta no es una respuesta instantánea. El lazo entre el tímpano y el cerebro y la espalda primero debe estimularse con un ruido fuerte antes de que ocurra la constricción. Como tal, es posible que la audición no esté protegida de un estallido de ruido fuerte y repentino.

La edad también puede disminuir la velocidad del bucle, haciendo las personas mayores son más vulnerables al daño auditivo.

Trastornos de los huesecillos auditivos

En ocasiones, los huesecillos auditivos pueden dañarse, tanto directa como indirectamente. La lesión puede causar pérdida de la audición, a veces grave, y puede incluir:

  • Otosclerosis, una condición por la cual los huesos auditivos se fusionan y algunas veces requieren cirugía para repararlos
  • Dislocación de los huesos auditivos debido a una fractura, trauma o una infección crónica
  • Colesteatoma, un quiste que se desarrolla detrás del tímpano e impide el movimiento de los huesos auditivos
  • Perforación o infección del tímpano (miringitis) que reduce los impulsos vibratorios a los huesos auditivos
  • Infecciones del oído medio que pueden causar acumulación de líquido que restringe el movimiento del hueso auditivo
  • Trastornos genéticos que interfieren con el desarrollo normal de los huesecillos auditivos

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