Ciertos tipos de golpes pueden dañar la corona radiata. Este conjunto de fibras nerviosas en el cerebro transporta información entre las células de la capa más externa del cerebro (corteza cerebral) y las del tronco encefálico (la parte inferior del cerebro conectada a la médula espinal).

Si la corona radiata se daña por un derrame cerebral, puede experimentar un cambio en la forma en que expresa las emociones. Algunas personas también experimentan cambios psicológicos y psiquiátricos, así como discapacidad visual.

En este artículo, aprenderá qué hace la corona radiata y dónde se encuentra. También aprenderá sobre los síntomas, el pronóstico, el tratamiento, la recuperación y la prevención del accidente cerebrovascular corona radiata.

Función de la Corona Radiata

La corona radiata es un importante grupo de nervios. Desempeña un papel en el envío y recepción de mensajes entre regiones del cerebro.

Las células nerviosas de la corona radiada son aferente y eferentelo que significa que llevan mensajes hacia y desde el cuerpo.

  • Aferente se refiere a la entrada sensorial y otra entrada enviada desde el cuerpo al cerebro.
  • Eferente se refiere a los mensajes enviados desde el cerebro al cuerpo para controlar la función motora.

La corona radiata consta de fibras aferentes y eferentes que conectan la corteza cerebral y el tronco encefálico. La corteza cerebral procesa la información consciente, mientras que el tronco encefálico es la conexión entre la médula espinal y el cerebro.

Ambos están involucrados en la sensación y la función motora, y la corona radiada conecta las vías nerviosas motoras y sensoriales entre estas estructuras.

Golpes de corona radiada

La corona radiada puede lesionarse por un accidente cerebrovascular que involucre pequeñas ramas de los vasos sanguíneos. Los accidentes cerebrovasculares que pueden afectar la corona radiata se denominan accidentes cerebrovasculares lacunares o «accidentes cerebrovasculares de vasos pequeños» porque la corona radiata recibe suministro de sangre de pequeñas ramas de las arterias del cerebro.

Una apoplejía en la corona radiata también puede llamarse «apoplejía de materia blanca» porque la corona radiata está fuertemente mielinizada. Esto significa que está protegido por un tipo especial de tejido adiposo que aísla y protege las células nerviosas. Finalmente, un accidente cerebrovascular de corona radiata también puede denominarse «subcortical» porque la corona radiata se encuentra en la región subcortical profunda del cerebro.

Los tipos de accidentes cerebrovasculares que pueden afectar la corona radiada incluyen:

  • Puros trazos sensoriales: Este tipo de accidente cerebrovascular puede causar entumecimiento o ausencia de sensibilidad en un lado de la cara y/o un brazo o una pierna.
  • Accidentes cerebrovasculares atáxicos: Este tipo de accidente cerebrovascular puede afectar la corona radiata, pero también puede afectar otras partes del cerebro, como la protuberancia. Los accidentes cerebrovasculares atáxicos pueden causar problemas de coordinación y control muscular.
  • Golpes de motor puro: Un golpe de motor puro causa parálisis en un lado de la cara, el brazo y la pierna. Es el tipo más común de accidente cerebrovascular lacunar.

Los accidentes cerebrovasculares pueden ser isquémicos o hemorrágicos. Un accidente cerebrovascular isquémico ocurre cuando una arteria está bloqueada por un coágulo de sangre u otras sustancias, como depósitos de grasa. Un accidente cerebrovascular hemorrágico ocurre cuando un vaso sanguíneo en el cerebro se rompe y sangra.

¿Qué más puede dañar la corona radiata?

Además de un accidente cerebrovascular, existen otras causas de daño a la corona radiada. Éstas incluyen:

  • Tumores cerebrales
  • Metástasis (propagación del cáncer fuera del cuerpo)
  • Trauma de la cabeza
  • sangrado en el cerebro
  • Infecciones cerebrales

Cualquiera de estas condiciones puede afectar la función de la corona radiada.

Síntomas del accidente cerebrovascular corona radiata

Los accidentes cerebrovasculares que involucran la corona radiada pueden ser relativamente pequeños y no causar síntomas. Estos trazos se llaman trazos silenciosos.

Por otro lado, un accidente cerebrovascular que involucre la corona radiata puede producir síntomas inespecíficos, como la incapacidad de cuidarse a sí mismo. Este es un predictor de accidente cerebrovascular, incluso sin signos importantes de un accidente cerebrovascular en una imagen de resonancia magnética (IRM) del cerebro o una tomografía computarizada (TC) del cerebro.

Cuando los accidentes cerebrovasculares lacunares producen síntomas, pueden incluir:

  • Debilidad o entumecimiento en un lado del cuerpo
  • Caída de un lado de la cara
  • Dificultad para caminar
  • Confusión y problemas de memoria.
  • habla arrastrada
  • Dificultad para hablar o entender a los demás.
  • Dolor de cabeza
  • Problemas de memoria
  • Pérdida de consciencia

Un accidente cerebrovascular lacunar puede causar daño cerebral permanente. Por eso es importante buscar atención de emergencia si usted o alguien más experimenta alguno de los síntomas anteriores. Recibir tratamiento de inmediato puede prevenir daños cerebrales graves y mejorar sus posibilidades de supervivencia.

Después de un accidente cerebrovascular lacunar, es posible que experimente dificultades con las tareas cotidianas, incluidas las tareas básicas necesarias para cuidar de sí mismo. Es posible que necesite rehabilitación a largo plazo. Muchas personas tienen que volver a aprender habilidades básicas como caminar y hablar.

Diagnóstico

Los accidentes cerebrovasculares generalmente son diagnosticados por proveedores de atención médica de emergencia. Si tiene síntomas de accidente cerebrovascular, recibirá pruebas de diagnóstico inmediatamente después de ingresar a la sala de emergencias.

Antes de diagnosticar un accidente cerebrovascular, su proveedor de atención médica puede solicitar una tomografía computarizada para descartar otras afecciones que puedan causar síntomas similares.

Una resonancia magnética se considera la forma más precisa de identificar un accidente cerebrovascular lacunar. Su proveedor de atención médica también puede ordenar una angiografía por TC. Esta prueba consiste en inyectar un tinte en los vasos sanguíneos. El tinte ayuda a su proveedor de atención médica a identificar un bloqueo en la tomografía computarizada.

Tratamiento

El tratamiento para un accidente cerebrovascular que afecta la corona radiada es similar al tratamiento para otros tipos de accidentes cerebrovasculares y, por lo general, incluye los siguientes pasos:

Tratamiento de emergencia

Poco después de llegar al hospital, es posible que le den aspirina para prevenir más coágulos de sangre. Si han pasado 4 1/2 horas o menos desde que comenzaron sus síntomas y le han diagnosticado un accidente cerebrovascular isquémico, también puede recibir un medicamento llamado activador tisular del plasminógeno (TPA) para ayudar a descomponer los coágulos de sangre existentes.

Si han pasado más de 4 1/2 horas desde el inicio de sus síntomas, es posible que le hagan una trombectomía mecánica. Durante este procedimiento, un cirujano introduce un tubo delgado a través de los vasos sanguíneos para ayudar a romper el coágulo de sangre.

Si le han diagnosticado un accidente cerebrovascular hemorrágico, es posible que le den medicamentos para controlar la presión arterial y proteínas llamadas factores de coagulación de la sangre para detener el sangrado.

Rehabilitación

La mayoría de las personas que han tenido un accidente cerebrovascular necesitarán rehabilitación en las semanas y meses posteriores. Esto puede incluir:

  • Terapia física: Es posible que necesite ayuda para recuperar su capacidad para caminar, sentarse, ponerse de pie y acostarse. La mayoría de las personas comienzan este tipo de rehabilitación de inmediato, antes de que les den de alta del hospital.
  • Terapia ocupacional: Este tipo de terapia te ayuda a mejorar el control motor, especialmente en tus manos. Los terapeutas ocupacionales lo ayudan a recuperar su capacidad para completar tareas sencillas del día a día. También lo ayudan a aprender a sobrellevar los cambios cognitivos que puede experimentar después de un accidente cerebrovascular.
  • Terapia del lenguaje: Es posible que tenga problemas para hablar o comprender las palabras escritas después de haber sufrido un derrame cerebral. El objetivo de la terapia del habla es ayudarlo a volver a aprender habilidades del lenguaje hablado y escrito o aprender otras formas de comunicarse.

Prevención de futuros accidentes cerebrovasculares

Hasta el 23% de las víctimas de un accidente cerebrovascular tendrán un segundo accidente cerebrovascular. Esto significa que uno de los elementos más importantes de su recuperación es tomar medidas para reducir su riesgo.

Si fuma, su proveedor de atención médica le aconsejará que deje de fumar. Esto no solo reducirá el riesgo de tener un segundo derrame cerebral, sino que también reducirá el riesgo de otros problemas de salud.

Si le recetaron medicamentos para controlar la presión arterial o el colesterol, es importante que siga tomándolos según lo prescrito. Si tiene diabetes, siga tomando sus medicamentos y asegúrese de que su nivel de azúcar en la sangre esté bien controlado.

Llevar una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales y grasas saludables puede ayudar a reducir el riesgo de sufrir otro accidente cerebrovascular.

El estrés es otro problema del estilo de vida que puede contribuir al riesgo de accidente cerebrovascular. Esfuércese por relajarse y reducir el estrés para ayudar a prevenir un accidente cerebrovascular.

Además, abordar problemas médicos como el colesterol alto y la presión arterial alta puede ayudar a reducir el riesgo de accidente cerebrovascular. Es importante mantener controles regulares con su proveedor de atención médica porque varios aspectos de su control médico de rutina pueden identificar el riesgo de accidente cerebrovascular.

Pronóstico y Recuperación

La buena noticia es que los accidentes cerebrovasculares lacunares generalmente tienen un mejor pronóstico y tiempos de recuperación más rápidos que los accidentes cerebrovasculares que ocurren en los vasos sanguíneos grandes. Las tasas de supervivencia para los accidentes cerebrovasculares lacunares oscilan entre el 90 % y el 100 %. Además, entre el 70% y el 80% de los que han tenido un ictus lacunar pueden funcionar de forma independiente un año después.

Un estudio analizó a 200 personas que sufrieron un accidente cerebrovascular corona radiata. Los investigadores encontraron que seis meses después del accidente cerebrovascular, el 45,7 % tuvo resultados ambulatorios favorables, lo que significa que podían caminar sin la ayuda de otra persona.

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