Si bien la mayoría de los especialistas en asma generalmente no encuentran útil una radiografía de tórax para diagnosticar el asma, pueden sugerir el método de detección para determinar si hay otras afecciones presentes en los pulmones, el corazón o el tórax.

¿Qué es una radiografía de tórax?

Una radiografía es un tipo de prueba de detección que toma una imagen fotográfica o digital de las estructuras internas del cuerpo. Es un examen indoloro y bastante rápido que pasa haces de rayos X (una pequeña dosis de radiación) a través del cuerpo para ser absorbidos en diferentes grados por diferentes materiales. Los rayos X tienen un riesgo muy pequeño de exposición a la radiación (la cantidad es igual a la exposición al sol de un día normal). 

Una radiografía de tórax apunta los haces de rayos X hacia el tórax para tomar una imagen de los pulmones y el área del tórax. Una radiografía de tórax muestra:

  • Pulmones
  • Corazón
  • Varios vasos sanguíneos importantes en el tórax
  • Costillas (hueso y metal, que son densos, aparecen blancos en las radiografías)
  • El aire en tus pulmones (el aire se muestra como negro)
  • Grasa y músculo (estos aparecen como tonos de gris)

Cómo ayudan las radiografías de tórax a los pacientes con asma

Las radiografías de tórax también son útiles si se sospechan otras afecciones, como neumonía o tumores pulmonares. Sin embargo, una radiografía de tórax también puede parecer normal en pacientes con formas más leves de enfermedad pulmonar o con tumores muy pequeños. Por lo tanto, no es una prueba precisa.

Los problemas con los pulmones pueden incluir:

Qué esperar cuando se realiza una radiografía de tórax

Las radiografías generalmente las toma un técnico en radiología capacitado y certificado. Los pacientes que se someten a una radiografía de tórax se pondrán una bata especial y se quitarán todos los elementos metálicos, incluidas las joyas, para que no bloqueen la penetración del haz de rayos X en el cuerpo.

El técnico de rayos X puede pedirle al paciente que inhale profundamente y que contenga la respiración durante el procedimiento para inflar los pulmones y hacer que los diversos tejidos del tórax sean más visibles. Las radiografías se pueden tomar de frente, de atrás y de costado, y desde diferentes ángulos de cámara mientras está sentado, de pie o acostado.

Una vez que se ha tomado la radiografía, la película expuesta se coloca en una máquina reveladora y la imagen es examinada e interpretada por un radiólogo (médico que se especializa en la lectura de radiografías). Después de que el radiólogo revise la radiografía, enviará un informe al médico que ordenó la prueba. Este médico luego discutirá los resultados y las opciones de tratamiento recomendadas con el paciente.

Los riesgos de las radiografías de tórax son mínimos, especialmente porque la película de alta velocidad actual no requiere tanta exposición a la radiación como el tipo de película que se usaba hace años. Sin embargo, cualquier exposición a la radiación tiene algún riesgo, por lo que el técnico le pide al paciente que use un delantal de plomo sobre las partes reproductivas del cuerpo o las extremidades para protegerse de la exposición. Las mujeres embarazadas deben consultar a sus médicos antes de hacerse una radiografía, ya que esto podría dañar al feto.

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