La dermatitis negligencia es una afección rara de la piel causada por una higiene deficiente. Como resultado de la falta de limpieza, se forman escamas en la piel que son oscuras, cerosas y se asemejan a copos de maíz.

El diagnóstico de dermatitis negligencia casi siempre se realiza solo a través de un historial médico y un examen de la piel. Con menos frecuencia, se puede realizar una biopsia de piel, principalmente para descartar diagnósticos simulados.

Una vez diagnosticada, el tratamiento de esta afección implica frotarse ligeramente con agua y jabón o toallitas con alcohol isopropílico todos los días. En casos más severos, puede ser necesario un agente queratolítico (como el ácido salicílico) para eliminar las escamas.

Causas

La dermatitis por negligencia se produce como consecuencia de una higiene inadecuada, concretamente cuando una persona evita o deja de limpiar ciertas partes de su cuerpo.

Cuando la piel no se lava o restriega adecuadamente (como lo hace normalmente en la ducha o cuando se baña), la capa más externa de la piel no se exfolia, lo que genera parches escamosos que consisten en corneocitos, grasa, sudor y acumulación de bacterias. .

Los corneocitos son células que componen la capa más externa de la piel (llamada estrato córneo).

Factores de riesgo

Quizás se pregunte por qué una persona no se lava ciertas áreas del cuerpo, y puede ocurrir por varias razones. El lavado inadecuado puede ocurrir como resultado de inmovilidad, dolor, déficits neurológicos o enfermedades psiquiátricas. La sensibilidad excesiva de la piel (llamada hiperestesia), posiblemente debido a una cirugía previa o un traumatismo, es otra razón por la que una persona puede evitar la limpieza. Por ejemplo, después de un estiramiento facial, la piel se acumula detrás de las orejas, lo que provoca una pérdida de sensibilidad y una acumulación de grasa en la piel.

La información equivocada es otro posible culpable. Por ejemplo, en un caso se le indicó a un paciente que no se lavara la cara con una toallita después de una exfoliación facial. La evitación prolongada condujo al desarrollo de escamas marrones, que el paciente en realidad supuso que era una reacción a la exfoliación.

Síntomas

Si bien es una afección indolora e inofensiva, la dermatitis negligencia puede ser estéticamente desagradable y molesta.

Los síntomas incluyen:

  • Escamas cerosas y similares a copos de maíz
  • Escamas adherentes, lo que significa que las escamas se adhieren bien a la piel.
  • Hiperpigmentación (oscurecimiento) de las escamas, con piel normal debajo

Diagnóstico

Un historial médico y un examen de la piel son suficientes para diagnosticar la dermatitis por negligencia. Tenga en cuenta que, durante el examen de la piel, es probable que su proveedor de atención médica limpie el área afectada con alcohol. El hisopo con alcohol es una herramienta de diagnóstico útil porque limpiará las escamas y revelará la piel normal debajo. Por lo general, el agua y el jabón también pueden eliminar las incrustaciones.

Pruebas y Laboratorios

A veces, un proveedor de atención médica realizará otras pruebas, como una biopsia de piel y una prueba de KOH, para confirmar el diagnóstico de dermatitis por negligencia y descartar diagnósticos alternativos. Dicho esto, es de esperar que una mayor conciencia de esta afección entre los dermatólogos haya evitado el uso de biopsias de piel, que pueden ser incómodas.

Diagnósticos diferenciales

Otras condiciones que su proveedor de atención médica puede considerar, además de la dermatitis por negligencia, incluyen:

Tratamiento

El tratamiento de la dermatitis negligencia es sencillo y consiste en un ligero lavado diario de la zona afectada con agua y jabón o alcohol isopropílico.

Para casos más severos, se puede recomendar un agente queratolítico (por ejemplo, urea o ácido salicílico o glicólico) junto con un emoliente.

Los ejemplos de agentes queratolíticos incluyen:

  • Urea
  • Ácido salicílico
  • Ácido glicólico
  • Ácido retinoico

Una palabra de MEDSALUD

Si cree que puede tener dermatitis por negligencia y/o está experimentando una afección de la piel nueva o molesta, asegúrese de consultar a su proveedor de atención médica de atención primaria o a un dermatólogo.

Si finalmente le diagnostican esta afección, la ventaja es que el tratamiento es simple y económico: un poco de agua y jabón a la antigua.

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