El líquido en el oído tiene varios nombres, oído pegajoso, otitis media serosa y otitis media con derrame. Sin embargo, todos estos términos significan lo mismo, el espacio del oído medio, que normalmente está lleno de aire, se llena de líquido. Esta condición ocurre cuando la trompa auditiva se bloquea por tejido sinusal demasiado grande, mucosidad espesa o simplemente porque, anatómicamente, está demasiado cerca de otras estructuras. Los niños pequeños son mucho más propensos a tener líquido en el oído.
Mientras que el líquido en el oído se puede tratar fácilmente mediante una cirugía menor en la que se colocan pequeños tubos de timpanostomía sintéticos dentro del tubo auditivo para mantenerlo abierto. Sin embargo, el líquido en el oído con frecuencia provoca un retraso en el desarrollo de los niños porque es muy difícil de diagnosticar. Si bien la afección a veces puede ir acompañada de infecciones de oído frecuentes, en muchos casos no produce síntomas.
En casos más difíciles, como el de mi hija, puede producir síntomas, pero la mayoría de los médicos no tienen la habilidad suficiente para reconocer los cambios sutiles en la apariencia del tímpano que indican un problema. A pesar de que le revisaron específicamente el líquido en el oído, mi hija no fue diagnosticada hasta que tenía 2 1/2 años y no caminaba ni hablaba y la llevamos a un especialista en oído, nariz y garganta (ENT) extremadamente capacitado.
El líquido en el oído generalmente ocurre en un momento del desarrollo del niño cuando normalmente está desarrollando el habla. Lo que es tan desalentador es que este problema puede persistir incluso después de que se haya tratado el líquido en el oído y actualmente no hay cura. Si bien la terapia del habla es beneficiosa para muchos de estos niños, el retraso en el desarrollo puede ser significativo. Por eso me emocionó tanto encontrarme con una historia sobre un adulto que sufrió retrasos en el desarrollo cuando era niño debido a líquido en el oído y cómo superó estos desafíos.