La acromegalia es un trastorno hormonal en el que hay una sobreproducción de la hormona del crecimiento. Si el trastorno comienza en la pubertad, se denomina gigantismo.
La mayoría de los casos de acromegalia son causados por un tumor benigno (no canceroso) de la glándula pituitaria en el cerebro. El tumor produce un exceso de hormona del crecimiento y, a medida que crece, presiona el tejido cerebral que lo rodea. La mayoría de estos tumores ocurren de forma espontánea y no se heredan genéticamente.
En algunos casos, la acromegalia es causada por un tumor en otra parte del cuerpo, como los pulmones, el páncreas o las glándulas suprarrenales.
Síntomas
Algunos tumores crecen lentamente y producen poca hormona del crecimiento, por lo que la acromegalia no se nota durante varios años. Otros tumores, especialmente en personas más jóvenes, crecen rápidamente y producen mucha hormona del crecimiento. Los síntomas de la acromegalia provienen de la hormona del crecimiento y de la presión del tumor sobre el tejido cerebral, y pueden incluir:
- Crecimiento anormal de manos y pies.
- Cambios en los rasgos faciales: frente, mandíbula inferior y nariz protuberantes; labios y lengua grandes
- Artritis
- dolores de cabeza
- dificultad para ver
- Piel gruesa, áspera y grasa
- Ronquidos o dificultad para respirar mientras duerme (apnea del sueño)
- Sudoración y olor de la piel.
- Fatiga y debilidad
- Agrandamiento de órganos como el hígado, el bazo, los riñones y el corazón.
La acromegalia también puede causar diabetes, presión arterial alta y enfermedades cardíacas.
Si el tumor crece en la infancia, el gigantismo se debe a un crecimiento óseo anormal. El adulto joven crece extremadamente alto (en un caso, hasta 8 pies y 9 pulgadas de alto).
Diagnóstico
Analizar el nivel de la hormona del crecimiento en la sangre durante una prueba de tolerancia a la glucosa oral es un método confiable para confirmar un diagnóstico de acromegalia. Los médicos pueden medir los niveles sanguíneos de otra hormona, llamada factor de crecimiento similar a la insulina I (IGF-I), que está controlado por la hormona del crecimiento. Los niveles altos de IGF-I suelen indicar acromegalia. Mediante tomografía computarizada (TC) o imágenes por resonancia magnética (IRM) del cerebro, los médicos pueden buscar el tumor pituitario si se sospecha acromegalia.
Tratamiento
El tratamiento para la acromegalia tiene como objetivo:
- Reducir los niveles de hormona del crecimiento que se producen.
- Aliviar la presión que el tumor pituitario puede estar ejerciendo sobre el tejido cerebral
- Reducir o revertir los síntomas de la acromegalia.
Los principales métodos de tratamiento son:
- La cirugía para extirpar el tumor pituitario es, en la mayoría de los casos, un tratamiento muy eficaz.
- Medicamentos para reducir la cantidad de hormona del crecimiento y reducir el tamaño del tumor: Parlodel (bromocriptina), Sandostatin (octreótida) y Somatuline Depot (lanreotida).
- Radioterapia: para reducir los tumores que no se pueden extirpar por completo mediante cirugía.
- Medicamento que bloquea los efectos de la hormona del crecimiento y reduce el IGF-I: Somavert (pegvisomant).
Investigación
Investigadores de la Universidad Federico II de Nápoles, en Italia, estudiaron a 86 personas con acromegalia a las que se les administró medicación antes y después de someterse a una extirpación parcial (resección) de sus tumores hipofisarios. Descubrieron que la resección de al menos el 75% del tumor secretor de hormonas mejoraba la respuesta a la medicación. La investigación fue publicada en la edición de enero de 2006 de Revista de endocrinología clínica y metabolismo.