El síndrome compartimental inducido por el ejercicio, también llamado síndrome compartimental por esfuerzo y síndrome compartimental crónico, es una afección que causa dolor muscular y dificultad para realizar actividades deportivas debido al aumento de la presión en el compartimento muscular. Las personas con esta afección generalmente experimentan dolor después de un período de actividad o ejercicio de alta intensidad que se alivia rápidamente con el descanso. El dolor del síndrome compartimental inducido por el ejercicio puede ser bastante intenso y, a menudo, limita el nivel de actividad de una persona.
El síndrome compartimental inducido por el ejercicio es diferente del síndrome compartimental agudo, una emergencia quirúrgica. Por lo general, el síndrome compartimental agudo es el resultado de una lesión traumática que provoca un aumento similar en las presiones compartimentales. En esta situación, la presión no se puede controlar fácilmente y un retraso en el tratamiento puede provocar daños permanentes en los músculos y los tejidos. En las personas con síndrome compartimental crónico, la presión se alivia al detener la actividad física y los síntomas mejorarán espontáneamente. Si bien se puede buscar tratamiento, incluida la cirugía, esto generalmente no se considera una emergencia.
Causas del síndrome compartimental inducido por el ejercicio
El síndrome compartimental inducido por el ejercicio se debe a una acumulación de presión dentro de los músculos. Los músculos están encerrados dentro de un tejido apretado llamado fascia. Esta fascia envuelve y contiene el músculo. Normalmente, la fascia tiene suficiente espacio adicional para permitir que el músculo funcione sin problemas.
Cuando aumentan los niveles de actividad, aumenta el flujo de sangre a un músculo y aumenta el tamaño del músculo. Durante una actividad extenuante, el volumen y el peso de un músculo pueden aumentar en aproximadamente un 20 % de tamaño. Este es el resultado de la hinchazón de las fibras musculares durante estos períodos de actividad extenuante. En la mayoría de las personas, la fascia deja suficiente espacio para acomodar este aumento de tamaño muscular durante el ejercicio. Sin embargo, en pacientes con síndrome compartimental inducido por el ejercicio, la fascia está demasiado tensa y contrae el músculo durante estos episodios de actividad extenuante.
La ubicación más común del síndrome compartimental inducido por el ejercicio es la pierna, en particular alrededor de la espinilla. Los síntomas se observan a menudo en corredores y esquiadores de fondo. El síndrome compartimental también puede ocurrir en el muslo (común en levantadores de pesas y ciclistas), el antebrazo (remeros y ciclistas de motocross) y otros compartimentos musculares del cuerpo.
Dolor con síndrome compartimental
A medida que el músculo se expande y se contrae por la fascia, se interrumpe el flujo de sangre al músculo. Cuando se interrumpe el flujo de sangre a un músculo, puede producirse dolor. En casos severos, la falta de flujo sanguíneo puede causar isquemia, el mismo fenómeno que un ataque al corazón. Cuando esto ocurre en el músculo cardíaco, el resultado es dolor en el pecho; cuando ocurre en la pierna, el resultado es dolor en la pierna.
Antes de que comience a preocuparse, ¡la isquemia del corazón y el síndrome compartimental inducido por el ejercicio son muy diferentes! Además, el alivio del síndrome compartimental inducido por el ejercicio suele ser muy fácil: simplemente detenga el esfuerzo del músculo.
Síntomas del síndrome compartimental inducido por el ejercicio
El síntoma más común es el dolor durante la actividad que se alivia rápidamente con el descanso. Los pacientes pueden notar un hormigueo o entumecimiento debido a la falta de flujo sanguíneo a los nervios que pasan por el compartimento. A menudo, cuando los síntomas están presentes, el área sobre los músculos del compartimento afectado se siente muy tensa.
El diagnóstico se realiza midiendo la presión dentro de los músculos del compartimento afectado. Por lo general, la medición de la presión se realiza en reposo y luego el paciente realiza alguna actividad (como una carrera rápida) hasta que el dolor está presente. Luego se realiza una medición repetida y se compara el cambio de presión. En pacientes normales, la diferencia de presión entre el reposo y la actividad es pequeña. Los pacientes con síndrome compartimental inducido por el ejercicio tendrán un aumento dramático en las lecturas de presión cuando los síntomas están presentes después del ejercicio.
Varias otras condiciones necesitan ser consideradas. El síndrome compartimental inducido por el ejercicio es poco común y es mucho más probable que el dolor en las piernas (el área más frecuente del síndrome compartimental inducido por el ejercicio) sea causado por una de las siguientes condiciones:
Tratamiento del síndrome compartimental por esfuerzo
Se puede intentar un período de descanso, así como evitar cualquier actividad que provoque los síntomas. Sin embargo, si el diagnóstico de síndrome compartimental inducido por el ejercicio es claro y los síntomas persisten, es posible que se necesite cirugía.
La cirugía consiste en liberar (cortar) la fascia apretada, lo que se denomina fasciotomía. Se hace una incisión sobre el área afectada. Luego, el cirujano corta el tejido apretado que rodea el músculo. El principal riesgo de esta cirugía es cortar los pequeños nervios que proporcionan sensibilidad a la extremidad. Por lo general, el cirujano puede identificar los nervios y evitarlos, pero aún es posible dañar los nervios.
Una palabra de MEDSALUD
El síndrome compartimental inducido por el ejercicio puede ser un problema frustrante. Sin una prueba fácil para diagnosticar esta afección, muchas personas luchan por aliviar sus síntomas. Por lo general, el alivio solo puede provenir de uno de dos métodos: modificar las actividades para evitar que los músculos tengan que trabajar en exceso o un procedimiento quirúrgico que permita más espacio para los músculos.
La modificación de actividades puede ser difícil para los atletas que requieren actividad de alta intensidad para competir en los niveles más altos de su deporte. En estas situaciones, las soluciones quirúrgicas suelen ser el tratamiento más efectivo. Sin embargo, hay algunos avances recientes en el tratamiento a través del reentrenamiento de la marcha y la carrera que también pueden ser efectivos.