Blanquearse los dientes es una manera fácil de refrescar su apariencia e incluso puede hacerle lucir más joven. Más personas están buscando un enfoque natural para el cuidado dental y pueden probar algunos «remedios caseros naturales», muchos de los cuales se han transmitido de generación en generación. Sin embargo, hay motivos para tener mucho cuidado al buscar formas rápidas de alegrar una sonrisa.
Historia del blanqueamiento dental
Con la invención de la pasta de dientes comercial entre 1800 y 1850, los estadounidenses preocupados por la salud dental y las sonrisas más blancas tuvieron su primer producto «de referencia». En la década de 1960, años de estudio del elemento fluoruro produjeron otro avance significativo con la pasta dental con flúor para combatir las caries y blanquear los dientes.
En la década de 1980, se dio otro paso importante: las fórmulas de peróxido de hidrógeno recientemente estabilizadas significaron que se podía desarrollar una verdadera pasta dental blanqueadora y luego venderla a un público ávido de sonrisas más blancas y brillantes.
En las décadas de 1990 y 2000, se pusieron a disposición del público sistemas de blanqueamiento extremadamente efectivos basados en fórmulas de carbamida y peróxido de hidrógeno. Ahora, los sistemas de blanqueamiento basados en esta fórmula continúan innovando a un ritmo muy rápido.
Incluso con una amplia variedad de pastas dentales para blanquear los dientes y kits, tiras, luces y otros procedimientos de blanqueamiento muy populares, algunas personas todavía recurren a los llamados remedios caseros, principalmente por razones presupuestarias. Sin embargo, la mayoría no funcionan y pueden ser peligrosos si no se realizan correctamente.
Esté seguro, no lo lamente