Las vacunas son fundamentales para prevenir enfermedades y son una parte esencial del cuidado de la salud de su bebé. Aunque algunos bebés pueden tener reacciones a las vacunas, como sensibilidad en el lugar de la inyección o fiebre, generalmente son leves y de corta duración. Una reacción alérgica grave es posible, pero rara.
En la mayoría de los bebés, las ventajas de las vacunas superan con creces las desventajas, incluidas las posibles reacciones. Si su hijo tiene un problema de salud que haría desaconsejable la vacuna, su pediatra se lo hará saber.
Este artículo analiza las reacciones comunes de un bebé a las vacunas y los signos de una reacción alérgica grave. También cubre cuándo buscar atención de emergencia y cuándo evitar o posponer las vacunas.
Reacciones comunes a las vacunas
No es inusual que los bebés tengan efectos secundarios después de recibir una vacuna. La mayoría no son tan graves y generalmente se resuelven en uno o dos días. Los más comunes incluyen:
- Sensibilidad, enrojecimiento o hinchazón en el lugar de la inyección
- Una fiebre leve
- Irritabilidad
- Llanto
Amamantar o alimentar con biberón después de una inyección puede ayudar a calmar a un bebé irritable.
Puede ser útil mantener un vendaje en el lugar de la inyección durante unos días como recordatorio visual de que el área puede estar adolorida.
Signos de una reacción grave
Si bien es raro, se sabe que ocurren reacciones alérgicas graves a las vacunas infantiles. Si no se trata de inmediato, podría provocar una reacción alérgica potencialmente mortal conocida como anafilaxia.
En el transcurso de minutos a horas, los síntomas pueden empeorar a medida que las vías respiratorias se contraen cada vez más, lo que provoca dificultad respiratoria y otros efectos secundarios graves.
Cuándo llamar al 911
Llame al 911 si su bebé experimenta algunos o todos los siguientes síntomas después de una vacuna:
La mayoría de los casos de anafilaxia ocurren dentro de las ocho horas posteriores a la inyección, pero pueden ocurrir en menos de 30 minutos. Si no se trata, la anafilaxia puede provocar pérdida del conocimiento, convulsiones, shock, coma e incluso la muerte.
Estimación del riesgo
La anafilaxia puede ocurrir en respuesta a cualquier medicamento. Si bien la posibilidad es preocupante, no debería hacer que evite vacunar a su hijo. La investigación ha demostrado que el riesgo es extremadamente bajo.
Un estudio de 2016 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) revisó los datos de Vaccine Safety Datalink y confirmó que solo hubo 33 casos de anafilaxia de 25 173 965 dosis de vacuna administradas desde enero de 2009 hasta diciembre de 2011.
Con base en sus hallazgos, los investigadores de los CDC concluyeron que el riesgo de anafilaxia provocada por la vacuna es poco común para todos los grupos de edad.
Cuándo posponer o evitar una vacunación
Como regla general, las vacunas infantiles son seguras y un componente vital de la buena salud de su hijo. Hay ciertas circunstancias en las que puede ser necesario omitir o retrasar un disparo, sin embargo:
- Si un bebé tiene fiebre, no debe vacunarse hasta que esté completamente recuperado. Sin embargo, es seguro vacunar a un niño con un resfriado.
- Si un bebé ha tenido una respuesta alérgica previa a una vacuna, es importante buscar una consulta experta con un alergólogo para identificar la causa. Esto puede ayudar a determinar qué vacunas son seguras o no seguras para su uso.
Cualquier bebé con fiebre o enfermedad debe ser evaluado por el médico antes de recibir cualquier vacuna.