Se estima que del dos al cuatro por ciento de la población tiene algún grado de prolapso de la válvula mitral (MVP). Puede hacer ejercicio de manera segura si tiene esta afección, y es beneficioso para usted hacer ejercicio con regularidad. Puede hablar con su médico si desea orientación específica sobre cuántos y qué tipos de ejercicios debe comenzar.

La válvula mitral está ubicada en el ventrículo izquierdo del corazón entre las cámaras superior e inferior. Esta válvula se abre para permitir que la sangre se mueva desde la aurícula superior y el ventrículo inferior en el lado izquierdo del corazón, y luego se cierra para evitar el reflujo de sangre.

Normalmente, las válvulas cardíacas son bastante rígidas y se abren y cierran por completo con regularidad. Una válvula prolapsada está floja y un poco flácida, por lo que no cierra tan firmemente como debería. Puede cerrarse con un leve clic y permitir que se filtre una pequeña cantidad de sangre, lo que produce un soplo cardíaco.

Un prolapso grande de la válvula mitral puede permitir que la sangre regrese a la cámara superior del corazón. Esto se llama regurgitación mitral o «válvula con fugas».

Por lo general, no se considera que el prolapso de la válvula mitral sea potencialmente mortal o progresivo. Es una de las causas más benignas de un soplo cardíaco. Es probable que haya un componente genético en MVP, ya que puede darse en familias.

¿Cuáles son los síntomas y las complicaciones de MVP?

Muchas personas viven toda su vida sin síntomas de MVP. Aquellos que tienen síntomas pueden experimentar palpitaciones, dolor en el pecho, desmayos, dificultad para respirar, resistencia reducida, fatiga o debilidad generalizada.

La principal preocupación para quienes viven con MVP es que pueden surgir complicaciones a largo plazo si la afección no se trata adecuadamente.

Endocarditis

El riesgo de desarrollar endocarditis, una infección del corazón, es una complicación rara pero potencial de tener una válvula cardíaca con fugas.

Regurgitación mitral

La regurgitación mitral es el reflujo de sangre del ventrículo a la aurícula. La regurgitación mitral puede provocar el agrandamiento de la cámara cardíaca, el debilitamiento del músculo cardíaco y, en algunos casos, insuficiencia cardíaca.

La regurgitación mitral clínicamente significativa debido al prolapso de la válvula mitral es relativamente rara y afecta solo alrededor del 5 por ciento de las personas con MVP. Las personas que han tenido un ataque cardíaco previo o una exposición prolongada al medicamento Ergomar (ergotamina) corren el mayor riesgo.

Tratamiento

El tratamiento para MVP varía según la extensión del prolapso. Sus síntomas y estadificación pueden ayudar a su médico a decidir si necesita tratamiento.

Cómo hacer ejercicio cuando tienes MVP

Es importante discutir sus síntomas individuales con su médico antes de comenzar un plan de ejercicios. El corazón es un músculo que se fortalece con el ejercicio. El ejercicio aeróbico fortalece el corazón y lo hace más eficiente. Este tipo de ejercicio generalmente se recomienda para personas que tienen MVP.

El ejercicio aeróbico incluye caminar, trotar, nadar o andar en bicicleta. Un ritmo moderado durante 30 minutos a la vez es una buena manera de empezar. Debe controlar su frecuencia cardíaca y reducir la velocidad si siente que su corazón se acelera o si comienza a sentirse mareado o aturdido.

A las personas que experimentan dolores en el pecho, palpitaciones u otros síntomas significativos de MVP a veces se les administran betabloqueantes para reducir la frecuencia cardíaca durante el ejercicio. Rara vez alguien se desalienta a hacer ejercicio debido al prolapso de la válvula mitral.

Los casos graves pueden requerir el aporte de un cardiólogo para garantizar que el ejercicio no promueva inadvertidamente la regurgitación mitral. En algunos casos, el ejercicio puede ejercer una presión indebida sobre la válvula mitral, causando más daño que beneficio.

Su cardiólogo puede pedirle que se someta a una prueba de tolerancia al ejercicio durante la cual se le realizará un electrocardiograma (ECG) mientras se encuentra en una cinta rodante o en una bicicleta estática. Los resultados de esta prueba pueden determinar cuánto ejercicio puede realizar de manera segura sin comprometer su válvula mitral.

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