La inflamación es la defensa natural del cuerpo contra lesiones e infecciones. La inflamación crónica ocurre cuando la respuesta inflamatoria del cuerpo se activa (a veces incluso sin lesión o enfermedad) y persiste durante meses o años. Cuando la inflamación crónica persiste, puede causar daños graves al cuerpo y provocar problemas de salud a largo plazo, como enfermedades cardíacas, cáncer, enfermedades autoinmunes o diabetes.

Este artículo analiza los signos y síntomas de la inflamación crónica, sus efectos a largo plazo en el cuerpo y sus afecciones asociadas. También cubre qué hacer si sospecha que tiene inflamación crónica y tratamientos que pueden ayudar.

Condiciones relacionadas con la inflamación crónica

La inflamación crónica de bajo grado puede dañar células, tejidos, órganos y ADN sanos. Con el tiempo, puede debilitar el sistema inmunológico y provocar problemas de salud, incluidas enfermedades autoinmunes e inflamatorias. Muchas afecciones están relacionadas con la inflamación crónica, entre ellas:

  • Enfermedad cardiovascular: La inflamación crónica puede dañar los vasos sanguíneos, provocando que se estrechen o engrosen, aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y otros problemas cardiovasculares.
  • Cáncer: La inflamación crónica puede dañar el ADN de las células sanas, provocando que mutar (cambiar) en células anormales. El cáncer se desarrolla cuando estas células anormales crecen y se multiplican sin control. Las investigaciones sugieren que la inflamación crónica contribuye al 15 al 20% de todos los cánceres.
  • Diabetes tipo 2: La inflamación crónica contribuye a la resistencia a la insulina, una característica distintiva de la diabetes tipo 2. La inflamación persistente altera la señalización normal de la insulina, lo que provoca niveles elevados de azúcar en sangre y el desarrollo de diabetes.
  • Artritis reumatoide (AR): La AR es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca por error los tejidos articulares sanos del cuerpo. Las investigaciones muestran que la artritis reumatoide se desarrolla años después de que comienza la inflamación sistémica (generalizada).
  • Asma: La exposición a alérgenos (p. ej., polen, caspa de mascotas) e irritantes ambientales (p. ej., contaminación del aire, humo de cigarrillo) puede iniciar una respuesta inmunitaria y una inflamación crónica en las vías respiratorias, lo que provoca asma.
  • Obesidad: Una dieta rica en alimentos procesados, azúcar y grasas saturadas puede desencadenar una inflamación crónica leve y contribuir al aumento de peso.
  • Endometriosis/Adenomiosis: La inflamación crónica en el útero o el área pélvica puede hacer que el tejido endometrial crezca fuera del útero (endometriosis) o dentro del músculo uterino (adenomiosis), lo que provoca dolor pélvico, cólicos menstruales intensos y sangrado menstrual abundante.
  • Depresión: Los investigadores que exploran el vínculo entre la depresión y la inflamación descubrieron que la inflamación crónica desempeña un papel en el desarrollo de la depresión en algunas personas.

Inflamación aguda versus crónica

La inflamación aguda es la defensa natural a corto plazo del cuerpo contra la infección por lesión. La inflamación crónica persiste mucho después de que la amenaza (p. ej., la enfermedad) haya pasado y puede dañar tejidos y órganos con el tiempo. La inflamación aguda es beneficiosa, ayuda a combatir bacterias y virus y promueve la curación, mientras que la inflamación crónica puede ser dañina y aumentar el riesgo de enfermedades crónicas.

Síntomas y signos de inflamación crónica

La inflamación crónica afecta a casi todos los tejidos, procesos y sistemas del cuerpo, lo que provoca diversos síntomas en todo el cuerpo, que inicialmente pueden parecer leves o vagos pero que empeoran con el tiempo.

Los signos y síntomas de la inflamación crónica incluyen:

  • Dolor generalizado, incluido dolor articular y muscular.
  • Fatiga persistente
  • Insomnio (problemas para dormir)
  • Depresión
  • Ansiedad
  • Trastornos del estado de ánimo
  • Problemas digestivos, como dolor abdominal, estreñimiento, diarrea y reflujo ácido (acidez de estómago)
  • Infecciones frecuentes
  • Cambios de peso
  • Problemas de la piel, como eccema o erupciones cutáneas.

Describiendo la sensación de inflamación crónica

La inflamación crónica suele ser sutil y es posible que las personas no reconozcan los signos y síntomas de inmediato, ya que suelen ser vagos e inespecíficos, lo que significa que pueden estar asociados con numerosas afecciones. Con la inflamación crónica, es posible que sienta una fatiga leve y constante o que esté demasiado cansado para hacer mucho más que sus responsabilidades diarias.

Algunas personas pueden experimentar una sensación general de malestar (malestar) sin razón aparente o tener molestias o dolor ocasionales, como rigidez en las articulaciones o dolor lumbar. El aumento o la pérdida de peso inexplicable es común con la inflamación crónica y algunas personas pueden experimentar fiebre o inflamación de los ganglios linfáticos.

Los síntomas pueden empeorar con el tiempo y pueden aparecer otros síntomas, como problemas de la piel (p. ej., erupciones cutáneas), problemas digestivos, problemas de memoria, dificultad para concentrarse y cambios de humor.

Características de la llamarada

Un brote es un período en el que aumenta la inflamación crónica. El término «brote» se utiliza a menudo para describir cuando empeoran los síntomas de una enfermedad inflamatoria o autoinmune. Dependiendo de la afección, varios factores pueden desencadenar brotes, incluido el estrés, las infecciones, ciertos alimentos, las lesiones y los cambios climáticos. Los brotes pueden durar días o semanas y tener un impacto significativo en su calidad de vida.

Algunas características comunes de una llamarada incluyen:

  • Empeoramiento de los síntomas de inflamación, como dolor y malestar.
  • fatiga severa
  • Dificultad para dormir
  • Disminucion del apetito
  • Bajo estado de ánimo

Efectos a largo plazo de la inflamación crónica en el cuerpo

Una vez que se activa el sistema inmunológico, las células inflamatorias liberan un flujo constante de proteínas llamadas citoquinas, que le indican al sistema inmunológico que libere otras células y sustancias inflamatorias en el torrente sanguíneo. Una respuesta inflamatoria prolongada puede hacer que el sistema inmunológico se vuelva «hiperactivo», creando un círculo vicioso de inflamación.

Cuando no se controla durante períodos prolongados, la inflamación crónica puede afectar profundamente al cuerpo y puede causar:

  • Daño tisular y cicatrización.
  • Función reducida de los sistemas corporales.
  • Envejecimiento acelerado
  • Enfermedad crónica

Tratamientos destinados a mejorar la inflamación crónica

Varios medicamentos ayudan a reducir la inflamación. Los tratamientos varían según el tipo de afección inflamatoria que tenga y pueden incluir:

  • Medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE): Los AINE de venta libre y recetados, como Advil (ibuprofeno), Aleve (naproxeno) y aspirina, pueden reducir la inflamación y el dolor.
  • corticosteroides: Fármacos antiinflamatorios potentes disponibles en forma de pastillas, inyecciones y cremas para tratar la inflamación grave.
  • Fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FAME): Los FAME son fármacos inmunosupresores (p. ej., productos biológicos) que se dirigen a moléculas específicas involucradas en el proceso inflamatorio para controlar la inflamación.
  • metformina: Un tratamiento de primera línea para la diabetes tipo 2 que tiene efectos antiinflamatorios.

Autocuidado, hábitos y bienestar

Los hábitos de vida saludables y las prácticas de cuidado personal pueden ayudar a reducir la inflamación crónica y disminuir el riesgo de enfermedades crónicas. Éstas incluyen:

  • Nutrición apropiada: Una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras le proporciona al cuerpo los nutrientes que necesita para un funcionamiento óptimo y ayuda a controlar la inflamación. Muchas frutas y verduras tienen propiedades antiinflamatorias, al igual que algunos pescados grasos (p. ej., salmón), nueces y semillas. Limite la ingesta de alimentos que pueden provocar inflamación, incluidos los alimentos procesados ​​y fritos, las bebidas azucaradas y las grasas no saludables.
  • Ejercicio regular: La actividad física regular, como caminar a paso ligero, nadar, hacer entrenamiento de fuerza o andar en bicicleta, puede ayudar a reducir la inflamación crónica y respaldar un sistema inmunológico saludable.
  • Sueño de calidad: Los adultos deben dormir de siete a nueve horas cada noche para ayudar a controlar la inflamación y prevenir problemas de salud a largo plazo.
  • Controles de salud periódicos: Programe chequeos periódicos con un proveedor de atención médica para controlar su salud general y evaluar los marcadores inflamatorios según sea necesario.
  • Manejo del estrés: El estrés puede desencadenar inflamación y empeorar los síntomas. Las técnicas de manejo del estrés, como el ejercicio, el yoga, la meditación y pasar tiempo en la naturaleza, pueden ayudar a controlar la inflamación.
  • Dejar de fumar: Fumar empeora la inflamación y dejar de fumar (o no empezar nunca) es una de las mejores cosas que puede hacer por su salud.
  • Suplementos: Algunos suplementos dietéticos, como los ácidos grasos omega-3, los probióticos y la cúrcuma, tienen propiedades antiinflamatorias y pueden complementar un estilo de vida saludable.
  • Cuidado dental: Una mala higiene dental puede provocar inflamación en las encías y la boca, que puede extenderse a otras zonas del cuerpo. Los controles y limpiezas dentales regulares pueden ayudar a prevenir la enfermedad de las encías y controlar la inflamación.

Inflamación crónica no diagnosticada: por dónde empezar

Si tiene síntomas de inflamación crónica, consulte a un proveedor de atención médica para analizar sus síntomas y abordar sus inquietudes. Durante su cita, el proveedor de atención médica revisará su historial médico, le preguntará acerca de sus síntomas y le realizará un examen físico. Es posible que soliciten análisis de sangre u otras pruebas de diagnóstico para proporcionar un diagnóstico preciso.

Sea honesto y comunicativo con el proveedor de atención médica en su cita. Su información les ayudará a comprender qué está causando sus síntomas. El proveedor de atención médica querrá discutir lo siguiente:

  • Síntomas: Cuándo comenzaron, con qué frecuencia ocurren y cómo impactan su vida diaria
  • Medicamentos: Medicamentos y suplementos que toma, incluidos los medicamentos de venta libre y los suplementos a base de hierbas.
  • Hábitos de estilo de vida: Sus hábitos de estilo de vida, incluidos los niveles de actividad, la dieta y si fuma o bebe alcohol.

Puede llevar algún tiempo descubrir qué está causando sus síntomas, llegar a un diagnóstico y desarrollar un plan de tratamiento. Un proveedor de atención primaria (PCP) puede derivarlo a un especialista, como un reumatólogo o un gastroenterólogo, si su PCP sospecha que usted tiene una afección que requiere conocimientos y tratamiento especializados.

Resumen

La inflamación crónica puede dañar tejidos, órganos y ADN con el tiempo, aumentando el riesgo de muchas enfermedades crónicas. Los signos y síntomas de la inflamación crónica incluyen fatiga, dolor y rigidez en las articulaciones, dolores musculares, erupciones cutáneas, problemas digestivos, depresión y cambios de peso inexplicables.

Consulte a un proveedor de atención médica si tiene síntomas de inflamación crónica. Pueden determinar la causa y desarrollar un plan de tratamiento, que incluya medicamentos y modificaciones en el estilo de vida, para reducir la inflamación y mejorar su salud y bienestar.

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