Intervención medica
Si se requieren más cuidados, se pueden usar diferentes técnicas para calentar el cuerpo según la gravedad de la hipotermia:
Recalentamiento Externo Pasivo
El recalentamiento externo pasivo (PER) generalmente se usa para tratar la hipotermia leve. Simplemente implica colocar al individuo en un ambiente apropiadamente cálido, cubierto con aislamiento, y aumentar gradualmente la temperatura corporal central unos pocos grados cada hora.
Recalentamiento activo del núcleo
PER no se puede usar si la temperatura de una persona cae por debajo de los 86 grados. Es en esta etapa que los escalofríos espontáneos se detendrán y el cuerpo ya no podrá aumentar la temperatura por sí solo. En ese momento, el corazón estará inestable y el uso de calor externo solo aumentará el riesgo de arritmia.
En lugar de PER, se utilizará el recalentamiento central activo (ACR) para elevar la temperatura corporal central de una manera más segura y directa.
Hay varias formas de hacerlo:
- Introducir aire tibio y humidificado en el pulmón con una máscara de oxígeno o un tubo de respiración
- Administrar líquidos tibios por vía intravenosa (en una vena)
- Irrigar el abdomen (cavidad peritoneal) o el espacio alrededor de los pulmones (pleura) con agua salada tibia cada 20 a 30 minutos
- Administración de líquidos tibios en la vejiga con una sonda de Foley
- Recalentamiento de la sangre con una máquina de hemodiálisis o una máquina de derivación cardíaca
- Usando diatermia, una técnica en la que la radiación de microondas de baja frecuencia puede proporcionar calor a los tejidos más profundos.
Seguimiento del tratamiento
En términos generales, una persona con hipotermia es dada de alta después de completar el tratamiento si su temperatura corporal estaba por encima de los 89,9 grados en el momento del diagnóstico.
Si la temperatura corporal estuvo alguna vez por debajo de los 89.9 grados, se requiere hospitalización y seguimiento por no menos de 24 horas, hasta que se estabilicen las funciones vitales.