La artritis reumatoide (AR) suele ser una enfermedad progresiva, lo que significa que seguirá un curso más o menos predecible, especialmente si no se trata. Si bien cada caso de AR y las tasas de progresión asociadas son únicos, se han definido cuatro etapas de progresión. Los proveedores de atención médica saben que la enfermedad empeorará y progresará a través de estas etapas si no se trata adecuadamente.

Dado que no existe una cura para la AR, los objetivos del tratamiento son retrasar la progresión, controlar la enfermedad y minimizar sus efectos sobre la calidad de vida.

Efectos de la inflamación

La AR es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunitario, que normalmente lo protege de bacterias, virus y otros invasores extraños, ataca el tejido celular sano. La inflamación de la AR, que afecta principalmente a las articulaciones, provoca hinchazón y dolor. La inflamación no tratada puede, en última instancia, dañar el cartílago, el tejido que protege las articulaciones.

Con el tiempo, el daño del cartílago puede provocar dolor duradero o crónico, inestabilidad (falta de equilibrio), deformidad de las articulaciones y pérdida de movilidad.

Clave de diagnóstico precoz para mitigar el daño articular

El daño articular es irreversible. Por lo tanto, el diagnóstico y el tratamiento tempranos son importantes para controlar la AR y detener la inflamación que conduce al daño articular.

Aunque las articulaciones tienden a ser las estructuras del cuerpo más afectadas por la AR, se considera una enfermedad sistémica, lo que significa que también puede afectar otras partes del cuerpo, como el corazón, los pulmones, la piel y los ojos.

Patrones de enfermedad

Cómo se siente y cómo progresa la AR depende de varios factores, entre ellos:

  • Qué tan avanzada estaba su AR en el momento del diagnóstico
  • ¿Qué edad tenías cuando te diagnosticaron?
  • Qué tan activa es su enfermedad actualmente
  • La presencia de anticuerpos en la sangre: dos tipos de moléculas de anticuerpos están presentes y elevados en personas con AR: factor reumatoide (FR) y anticuerpo anti-proteína citrulinada (ACPA). La RF es detectable en hasta el 80 % de las personas con AR y los ACPA se encuentran en hasta el 90 % de los pacientes con AR. Ambos son conocidos por causar una alta actividad de la enfermedad.

Sin embargo, la mayoría de las personas con AR experimentarán un empeoramiento gradual de los síntomas. La progresión de la AR se demuestra en patrones a lo largo de los años.

Períodos de remisión

La remisión en personas con AR significa que la actividad de la enfermedad se detiene y que, en algunos casos, no hay anticuerpos relacionados con la AR en la sangre. Durante la remisión de la AR, el dolor y la rigidez desaparecen o mejoran mucho, pero la enfermedad no se cura.

La mayoría de las personas tienen períodos de remisión que duran meses, pero hay personas que tienen la suerte de pasar años sin síntomas. Según el Johns Hopkins Arthritis Center, hasta el 10 % de las personas con AR entran en remisión espontánea dentro de los primeros meses del inicio de los síntomas.

llamaradas

La mayoría de las personas con AR tienen síntomas que van y vienen. Tienen remisiones y brotes, períodos en los que la actividad de la enfermedad (dolor, rigidez y otros síntomas de la AR) es alta.

AR progresiva

La mayoría de los casos de AR empeoran constantemente, especialmente sin un manejo adecuado. Las personas con este patrón de enfermedad necesitan un tratamiento a largo plazo y un equipo médico integral que les ayude a controlar su enfermedad a fin de retrasarla o evitar que empeore y cause daño en las articulaciones, discapacidad y otras complicaciones de la AR.

Patrón de progresión y estrategias de tratamiento

Los patrones de la enfermedad pueden ayudar a su proveedor de atención médica a comprender mejor cómo progresa su afección y cómo formular un plan de tratamiento. Sin embargo, es importante tener en cuenta que es imposible predecir exactamente cómo progresará su AR con el tiempo. Recuerde también que el curso de su enfermedad es diferente al de cualquier otra persona, incluidos los miembros de su familia que también tienen AR.

Etapas de la progresión de la AR

Los proveedores de atención médica han identificado cuatro etapas de la AR. Cada uno es único en los síntomas que causa y cómo se presenta.

Etapa 1: AR temprana

En esta etapa, la mayoría de las personas no tendrán muchos síntomas. Los que sí experimentan rigidez al despertar (que suele mejorar con el movimiento) y dolor en las pequeñas articulaciones de las manos, los dedos y los pies. Si bien no hay daño en los huesos en este punto, el revestimiento de la articulación, llamado membrana sinovial, está inflamado.

Si bien es una buena idea consultar a un reumatólogo en este momento, los síntomas en la AR temprana van y vienen y es difícil hacer un diagnóstico. Los anticuerpos pueden estar presentes en la sangre, pero pueden estar allí años antes de que se noten los síntomas.

Además, las radiografías en esta etapa suelen ser normales, aunque las imágenes más sensibles, como la ecografía, pueden mostrar líquido o inflamación en las articulaciones afectadas. Aun así, un diagnóstico definitivo de AR tan temprano es un desafío.

Etapa 2: AR moderada

En esta etapa, la inflamación de la membrana sinovial ha causado daño al cartílago articular. Como resultado, comenzará a experimentar dolor, pérdida de movilidad y rango de movimiento limitado.

Es posible que la AR progrese a la etapa 2 sin un diagnóstico. El cuerpo comenzará a producir anticuerpos que se pueden ver en los análisis de sangre y hacen que las articulaciones se hinchen, y las imágenes muestran signos reales de inflamación.

La enfermedad también puede causar inflamación en los pulmones, los ojos, la piel y/o el corazón en este punto. También se pueden desarrollar bultos en los codos, llamados nódulos reumatoides.

Algunas personas con esta enfermedad tienen lo que se conoce como AR seronegativa, en la que los análisis de sangre no revelan anticuerpos ni RF. Aquí es donde las imágenes pueden ser útiles para confirmar un diagnóstico. Las radiografías, las imágenes por ultrasonido y las imágenes por resonancia magnética (IRM) pueden mostrar signos de inflamación y/o el comienzo de algún daño en las articulaciones.

Etapa 3: AR severa

Una vez que la AR ha progresado a la etapa severa, el daño ha comenzado a extenderse a las articulaciones. En este punto, el cartílago entre los huesos se ha desgastado, lo que hace que los huesos se rocen entre sí. Tendrá más dolor e hinchazón y puede experimentar debilidad muscular y problemas de movilidad. Puede haber hueso erosionado (dañado).

En esta etapa, podrá ver los efectos de la enfermedad, como articulaciones visiblemente dobladas y deformadas y dedos torcidos. Las articulaciones deformes pueden presionar los nervios y causar dolor en los nervios. Sin embargo, este tipo de daño es raro en estos días debido a las nuevas opciones de tratamiento.

Etapa 4: Etapa final

En la etapa 4, las articulaciones ya no funcionan. Hay dolor significativo, hinchazón, rigidez, pérdida de movilidad y discapacidad. Algunas articulaciones pueden dejar de funcionar y fusionarse, lo que se denomina anquilosis.

La progresión a la etapa 4 lleva años o décadas, pero algunas personas nunca llegan a este punto porque su AR está bien controlada o ha entrado en remisión.

Nivel de riesgo para AR en etapa terminal

El tratamiento generalmente evita que la AR llegue a la etapa 4, pero aquellos que no responden bien al tratamiento pueden muy bien llegar a este punto en la progresión de la enfermedad.

¿Qué hace que la AR empeore?

Diferentes factores afectan el ritmo y la progresión de la enfermedad para cada persona. Algunas están fuera de tu control, como los antecedentes familiares o el sexo, pero otras son cosas que puedes modificar.

De fumar

Los investigadores saben que fumar empeora la AR, disminuye el efecto del tratamiento y puede provocar complicaciones que pueden conducir a la muerte.

Un informe de 2014 en el Revista Internacional de Ciencias Moleculares confirma que la respuesta al fármaco y la supervivencia en personas con AR que toman terapia anti-factor de necrosis tumoral (anti-TNF) son más pobres para los fumadores empedernidos. Además, los investigadores dicen que fumar puede provocar complicaciones de la enfermedad, incluidos problemas cardiovasculares, daños en las articulaciones y discapacidad.

Ocupación

Las personas que trabajan en ocupaciones manuales pesadas y aquellas en las que se usan toxinas pesadas también tienen un mayor riesgo de una progresión más rápida de la enfermedad.

Un estudio sueco de 2017 encuentra que la exposición a toxinas en el aire aumenta el riesgo de AR. Los albañiles, los trabajadores del hormigón y los electricistas tenían al menos el doble de riesgo de AR en comparación con las personas en otros trabajos. Además, encontró que las enfermeras tienen un 30% más de riesgo de desarrollar AR.

Los mismos factores de riesgo ocupacional también podrían aplicarse a la gestión a largo plazo y la actividad de la enfermedad a lo largo del tiempo. Si su lugar de trabajo puede hacer adaptaciones para su enfermedad, estas cosas pueden ayudar. De lo contrario, puede tener sentido buscar otras opciones de carrera.

Estilo de vida

Mantenerse activo y mantener un peso saludable es útil para reducir el estrés en las articulaciones, lo que puede aliviar el dolor y la inflamación. Menos inflamación también puede significar una progresión más lenta de la enfermedad.

Hable con su proveedor de atención médica antes de comenzar una nueva rutina de ejercicios. Es posible que lo deriven a un fisioterapeuta para determinar qué ejercicios pueden mantenerlo en movimiento mientras protege su articulaciones

Además, asegúrese de dormir lo suficiente y comer una dieta saludable que incluya alimentos antiinflamatorios.

Reconocer la progresión

No se puede pasar por alto la progresión de la AR desde la etapa 2 en adelante porque el dolor en las articulaciones empeorará y tendrá más hinchazón.

En las primeras etapas de la AR, los brotes tienden a ser de corta duración y se resolverán por sí solos. Sin embargo, a medida que avanza la AR, sus brotes serán más frecuentes, durarán más y serán más dolorosos. Otros síntomas también pueden volverse más intensos.

Es una buena idea prestar atención a cualquier síntoma no articular que pueda tener. Esto puede incluir dificultad para respirar u ojos secos y dolorosos, indicadores de que la AR no solo afecta las articulaciones. También debe informar a su proveedor de atención médica si sus síntomas de AR están cambiando de alguna manera.

Señales adicionales de que su AR está empeorando son:

  • Nódulos reumatoides
  • Inflamación activa que aparece en el líquido articular o análisis de sangre
  • Daño que se puede ver en rayos X y otras imágenes
  • Altos niveles de RF y ACPA en análisis de sangre

Tratamiento

Los objetivos principales en el tratamiento de la AR son controlar la inflamación, aliviar el dolor y reducir la posibilidad de daño y discapacidad en las articulaciones.

El tratamiento generalmente involucra medicamentos, terapia física o ocupacional y una variedad de cambios en el estilo de vida, como dieta, ejercicio y no fumar.

El tratamiento temprano y agresivo es vital para obtener los mejores resultados.

El tratamiento previene la progresión

Los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARD) tradicionales, especialmente el metotrexato, y los productos biológicos se consideran las mejores opciones para retrasar la progresión de la enfermedad. Restringen el sistema inmunitario y bloquean las vías dentro de las células inmunitarias.

Los DMARD tradicionales son opciones de primera línea, generalmente metotrexato o hidroxicloroquina, según la gravedad de la enfermedad. Si no funcionan, es probable que su proveedor de atención médica agregue un medicamento biológico, un medicamento de terapia de infusión o inyectable que afecta las proteínas inmunitarias llamadas citocinas. Los productos biológicos son potentes y bastante caros, razón por la cual los proveedores de atención médica generalmente no los recetan de inmediato.

Los inhibidores de la quinasa Janus (JAK) son los tratamientos más nuevos disponibles para la AR. Pueden ayudar a aliviar el dolor y la inflamación de las articulaciones al controlar su sistema inmunitario hiperactivo.

Dos inhibidores de JAK, Xeljanz (tofacitinib) y Olumiant (baricitinib), están aprobados por la Administración de Drogas y Alimentos de los EE. UU. (FDA) para el tratamiento de la artritis reumatoide, y se están estudiando muchos otros medicamentos de esta clase.

Enfoque de trato al objetivo

En el tratamiento de la AR, la mayoría de los reumatólogos siguen una estrategia de tratar al objetivo (T2T) para reducir la actividad de la enfermedad a niveles bajos o incluso a la remisión.

El concepto de T2T implica:

  • Establecer objetivos de prueba específicos de remisión o baja actividad de la enfermedad
  • Pruebas mensuales para monitorear el progreso
  • Cambiar los medicamentos de inmediato cuando un tratamiento no está ayudando

Los expertos creen que el enfoque T2T es efectivo porque alienta a los profesionales médicos a realizar pruebas con más frecuencia y ser más agresivos en el tratamiento. También es útil tener objetivos en mente, ya que esto puede ayudarlo a sentirse más en control de su enfermedad.

La investigación muestra que este enfoque es bastante realista y puede mejorar significativamente los resultados a largo plazo y la calidad de vida de la mayoría de las personas con AR.

¿Qué pasa con la AR juvenil?

Es importante tener en cuenta que la artritis idiopática juvenil (AIJ), un diagnóstico general para varios tipos de artritis que afectan a niños y adolescentes, no es lo mismo que la artritis reumatoide de adultos en la mayoría de los casos. De hecho, la AIJ solía llamarse AR juvenil, pero se cambió el nombre para hacer esta distinción con firmeza.

Se cree que solo un tipo de AIJ, la artritis poliarticular positiva para el factor reumatoideo IgM, es la misma enfermedad que la AR del adulto.

Entre las diferencias entre JIA y RA está cómo progresan. Y aunque la AR es una condición progresiva de por vida sin excepción, algunos niños pueden «superar» algunas formas de AIJ.

Dado esto, la información que lea sobre la AR en adultos no puede considerarse aplicable a todos los niños con AIJ. Es importante que hable con los proveedores de atención médica de su hijo para obtener más información sobre lo que su diagnóstico de JIA podría significar para ellos.

Una palabra de MEDSALUD

Gracias a los nuevos tratamientos disponibles y muchos más en el horizonte, tener AR no significa que la discapacidad final y la movilidad limitada sean un hecho. Sin embargo, debe seguir las recomendaciones y el plan de tratamiento de su proveedor de atención médica, así como expresar sus síntomas.

Consulte a su reumatólogo de forma rutinaria para que pueda realizar exámenes de las articulaciones y análisis de sangre para verificar si hay inflamación sistémica, así como para evaluar su función general.

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