Cree que puede necesitar cirugía. Tal vez su proveedor de atención médica familiar lo haya derivado a un cirujano o le haya sugerido que se opere. Tal vez un amigo tuvo la misma condición que usted y tuvo que someterse a una cirugía, por lo que tiene miedo de que usted también lo haga. No asuma que necesita cirugía; es posible que pueda recuperar la buena salud sin un procedimiento invasivo.
Hay situaciones en las que la cirugía es casi imposible de evitar. Si su apéndice está inflamado y a punto de romperse, la cirugía es el único tratamiento. Lo mismo es cierto para huesos muy rotos y emergencias médicas.
Pasos para decidir si necesita cirugía
Fuera de las emergencias, la mayoría de los pacientes se benefician al comenzar con los tratamientos menos invasivos y solo someterse a la cirugía como último recurso. Un ejemplo sería una lesión en el hombro, el tratamiento menos invasivo serían los medicamentos antiinflamatorios y analgésicos, luego la terapia ocupacional o física con cirugía como último recurso.
Si su cirujano recomienda una cirugía para su condición, asegúrese de preguntar qué tratamientos están disponibles además de la cirugía. En algunos casos, la respuesta honesta es que no existen otros tratamientos. No hay medicamentos que reparen una hernia, al igual que no hay ejercicio que un fisioterapeuta pueda enseñar para reparar una pierna rota.
Busque una segunda opinión
Si le preocupa que su cirujano original se centró demasiado en la cirugía o no le proporcionó alternativas, es posible que desee una segunda opinión. El segundo cirujano puede estar de acuerdo con la evaluación inicial y recomendar la cirugía. Sin embargo, puede haber alternativas presentadas que hagan que valga la pena su tiempo y energía para buscar tratamientos alternativos.
Considere tratamientos menos invasivos
Investigue tratamientos que puedan funcionar tan bien como la cirugía, pero que no requieran hospitalización. Un ejemplo de esto sería un stent coronario, un dispositivo que abre las arterias bloqueadas cerca del corazón. Los stents, como una cirugía de derivación cardíaca, son efectivos en el tratamiento de algunos pacientes con enfermedad de las arterias coronarias. Para los pacientes que son candidatos para stents, el procedimiento menos complicado puede ser una buena alternativa.
No todas las cirugías tienen una contraparte menos invasiva, pero muchas sí. Además, muchas cirugías que antes requerían grandes incisiones, tiempos de curación prolongados o días de recuperación en un hospital, ahora se realizan con técnicas más avanzadas que les permiten realizarse de forma ambulatoria.
Terapia con medicamentos
En algunos casos, la terapia con medicamentos puede ser muy eficaz para el tratamiento del dolor y la inflamación. Los AINE, o medicamentos antiinflamatorios como el ibuprofeno, pueden reducir la hinchazón y permitir la curación. También se pueden recetar analgésicos para reducir el dolor.
Terapia física u ocupacional
Con este tipo de terapias, se utilizan ejercicios especialmente dirigidos para fortalecer los músculos, reconstruir la fuerza y recuperar la movilidad. Un paciente con dolor de espalda puede usar una combinación de analgésicos y fisioterapia para desarrollar fuerza y flexibilidad y recuperar el uso completo de la espalda y evitar la cirugía.
La terapia ocupacional utiliza las mismas técnicas junto con ejercicios diseñados específicamente para ayudar a las personas con las tareas que realizan en el trabajo y el hogar. Por ejemplo, un paciente con una lesión en el hombro cuyo trabajo requiere levantar objetos pesados podría acudir a un terapeuta ocupacional para recuperar la capacidad de levantar cajas. La terapia también incluiría nuevas técnicas que permitan trabajar sin volver a lesionarse el hombro.
Cambios en la dieta y el estilo de vida
Su proveedor de atención médica puede decirle que puede evitar la cirugía con cambios importantes en la dieta y el estilo de vida. Él puede sugerir una dieta baja en grasas, una dieta baja en colesterol o cualquier cantidad de cambios en la nutrición. Los cambios importantes en la dieta pueden producir muchos resultados positivos.
Una nutrición adecuada puede reducir el azúcar en la sangre, la presión arterial, mejorar la enfermedad de las arterias coronarias y disminuir la carga de trabajo de los órganos. Puede ser necesaria una visita con un nutricionista para explorar los cambios necesarios en la dieta. En algunos casos, la dieta puede eliminar por completo la necesidad de una cirugía.
El ejercicio, si su proveedor de atención médica lo recomienda, puede producir tantos resultados beneficiosos. Asegúrese de no exagerar y asegúrese de que su proveedor de atención médica le diga que es seguro. El ejercicio no tiene que ser extenuante para ser beneficioso. Los aeróbicos acuáticos, caminar y otras formas de ejercicio de bajo impacto pueden tener enormes beneficios sin causar estrés adicional en el cuerpo.
Por qué puede necesitar cirugía
Habrá situaciones en las que los medicamentos, la fisioterapia y los cambios en el estilo de vida no cambien su nivel de dolor ni arreglen su condición. Si le ha dado una oportunidad a las terapias no quirúrgicas sin éxito, puede ser el momento de considerar la cirugía.
Su calidad de vida es una excelente guía para decidir si operarse o no. El dolor puede ser un buen indicador de si se procede o no. Si tiene un dolor diario que se aliviaría permanentemente con la cirugía, su calidad de vida en general mejoraría mucho. Si actualmente no puede participar en sus actividades favoritas pero podría hacerlo después de la cirugía, someterse al procedimiento se convierte en una opción más atractiva.
Decidir si someterse a una cirugía ahora o más tarde
En algunos casos, la cirugía puede retrasarse pero sigue siendo necesaria a largo plazo. Un ejemplo sería un procedimiento de reemplazo de rodilla que no es absolutamente necesario hoy pero será necesario en cinco a diez años. Los medicamentos pueden aliviar el dolor ahora, lo que permite posponer la cirugía por algunos años, pero no indefinidamente.
Retrasar la cirugía puede o no ser un buen plan. Si tiene setenta años y goza de buena salud, sus posibilidades de tener una cirugía y una recuperación exitosas serán mejores ahora que cuando tenga ochenta, incluso si mantiene una buena salud. Cuanto mayor sea el paciente, más riesgo hay con cualquier cirugía, independientemente del tipo.
Hay muchas razones por las que una persona podría querer retrasar la cirugía temporalmente. Pueden estar cambiando de trabajo y de planes de seguro, o pueden tener un evento importante en las próximas semanas que hará que la recuperación sea más difícil. Cualquiera que sea la razón, discuta la demora y si causará más daño que bien con su cirujano.