Los huesos lagrimales son huesos craneofaciales pequeños y planos ubicados en la cuenca del ojo. Estos huesos rectangulares constan de dos superficies, una frente a la nariz y la otra frente al ojo.

Las fracturas faciales pueden afectar el hueso lagrimal. El tratamiento de las fracturas lagrimales puede implicar simplemente reposo o puede ser necesaria una cirugía reconstructiva, según la gravedad.

Anatomía

Los huesos lagrimales de forma rectangular son aproximadamente del tamaño de una uña pequeña. Formando parte de la cuenca del ojo, tienen cuatro bordes y dos superficies, nasal y orbital. Vistos de frente, los huesos lagrimales quedarían ocultos detrás de los huesos nasales.

El par de huesos, uno en cada cuenca del ojo, se encuentra en la parte delantera de la órbita, cerca de la esquina del ojo, más cerca de la nariz. Los huesos lagrimales, que sostienen el ojo, son los más frágiles de los 14 huesos faciales.

La superficie orbitaria del hueso lagrimal está dividida por una cresta denominada cresta lagrimal posterior. Un surco en la parte anterior de la cresta se llama surco lagrimal. Un surco largo en la parte de la superficie nasal de la superficie nasal forma parte del meato nasal medio. El conducto nasolagrimal (conducto lagrimal) se encuentra entre los huesos lagrimal y maxilar.

El hueso lagrimal es el punto de inserción del músculo orbicularis oculi. Es un músculo circular que cierra los párpados y ayuda con el drenaje de lágrimas.

Función

Los huesos lagrimales son parte del sistema lagrimal (producción de lágrimas). El sistema lagrimal contiene la glándula lagrimal, que produce lágrimas, y el conducto nasolagrimal, que drena las lágrimas del ojo a la nariz.

Los huesos lagrimales proporcionan estructura para la cavidad orbitaria y sostienen el ojo. También proporcionan soporte estructural para el sistema lagrimal.

Condiciones asociadas

El hueso lagrimal es extremadamente frágil y las fracturas pueden ser el resultado de un traumatismo contundente en la cara, especialmente en la nariz y el ojo.

Debido a su proximidad a la cavidad nasal y al cerebro, las fracturas del hueso lagrimal pueden obstruir el paso del aire y potencialmente causar daño al cerebro. A veces, las fracturas del hueso lagrimal pueden desgarrar los conductos lagrimales.

Las fracturas orbitarias se diagnostican examinando la presión ocular, imágenes de rayos X y, a veces, una tomografía computarizada (TC). Se debe prestar especial atención a la presión ocular elevada, que puede provocar daños en los nervios y ceguera. Un oftalmólogo puede estar involucrado si el trauma resultó en daño a la visión o al movimiento de los ojos.

Los conductos nasolagrimales, que se encuentran junto a los huesos lagrimales, a veces pueden bloquearse. Los conductos lagrimales bloqueados pueden ser el resultado de condiciones de salud, trauma o infección. Los síntomas incluyen lagrimeo y secreción del ojo.

Tratamiento

Las fracturas del hueso lagrimal pueden curarse por sí solas o requerir una intervención quirúrgica. Los cirujanos maxilofaciales manejan las reparaciones quirúrgicas de la cara, incluidas las de los huesos lagrimales.

Si un hueso simplemente está agrietado, es posible que no sea necesaria una intervención quirúrgica. Sin embargo, si durante el trauma los huesos se rompieron y se movieron, se requiere reparación quirúrgica. Es posible que también sea necesario reparar quirúrgicamente los desgarros del conducto nasolagrimal.

Los huesos lagrimales comúnmente se reemplazan y se vuelven a unir con alambre a los huesos circundantes. La cirugía se puede realizar haciendo una pequeña incisión en la esquina del ojo o mediante una endoscopia, donde se introducen instrumentos y cámaras a través de la nariz o la boca.

Mientras sus huesos sanan, será importante evitar sonarse la nariz. Sonarse la nariz podría propagar la infección a los tejidos circundantes desde el hueso fracturado. Un descongestionante puede ayudar durante este tiempo.

Los conductos lagrimales bloqueados pueden responder a compresas calientes, masajes y antibióticos. Si el problema no responde al tratamiento en el hogar, es posible que necesite una intervención adicional, como la dilatación del conducto nasolagrimal o la cirugía de dacriocistorrinostomía (DCR) para crear un nuevo conducto lagrimal.

Antes de una DCR, es posible que le hagan una tomografía computarizada o una resonancia magnética nuclear (RMN) para que su proveedor de atención médica pueda observar más de cerca sus fosas nasales. La DCR se puede realizar con anestesia local o general.

Durante la cirugía, se hace una pequeña incisión entre el ojo y la nariz y luego se hace un pequeño orificio en el hueso debajo, lo que crea un nuevo pasaje. A veces, este pasaje se mantiene abierto con un stent.

Preguntas frecuentes

  • ¿Dónde está el hueso lagrimal?

    Los huesos lagrimales están a ambos lados de la nariz al lado de los ojos. Son huesos de forma rectangular que tienen aproximadamente el tamaño de la uña del dedo meñique. Un hueso plano, los huesos lagrimales tienen dos lados: nasal y orbital.

  • ¿Cuál es el propósito del hueso lagrimal?

    Los huesos lagrimales sostienen el sistema de producción de lágrimas del ojo. Los huesos protegen la glándula lagrimal, que produce lágrimas. También sostienen la cavidad orbital que alberga el globo ocular.

  • ¿Cómo se trata un hueso lagrimal roto?

    Depende de la extensión de la fractura. Si el hueso solo está agrietado, es probable que la fractura se deje curar por sí sola. Si el hueso roto se ha desplazado fuera de lugar, será necesaria una cirugía para colocar el hueso.

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