Las venas hepáticas drenan la sangre desoxigenada del hígado a la vena cava inferior (VCI), que, a su vez, la devuelve a la cámara derecha del corazón. De tamaño relativamente más grande, hay tres venas hepáticas principales, la izquierda, la media y la derecha, que corresponden a las porciones izquierda, media y derecha del hígado. Estas estructuras se originan en el lóbulo del hígado y también sirven para transportar sangre desde el colon, el páncreas, el intestino delgado y el estómago. Anatómicamente, a menudo se usan como puntos de referencia que indican partes del hígado, aunque puede haber una gran variación en su estructura.

Cuando se produce un bloqueo de estas venas y la sangre no puede drenar desde el hígado, puede producirse una enfermedad rara, el síndrome de Budd-Chiari. Estas venas también pueden desarrollar hipertensión (presión arterial alta en estas venas) también puede surgir en casos de enfermedad hepática crónica. En particular, esto es a menudo una característica de la cirrosis hepática.

Anatomía

Estructura y Ubicación

Las venas hepáticas surgen del lóbulo hepático central de la vena central (una subsección del hígado) y drenan sangre a la VCI. Estas venas varían en tamaño entre 6 y 15 milímetros (mm) de diámetro, y reciben el nombre de la parte correspondiente del hígado que cubren. Éstas incluyen:

  • Vena hepática derecha: La más larga de las venas hepáticas, la vena hepática derecha, se encuentra en la fisura porta derecha, que divide el hígado en secciones anterior (mirando hacia adelante) y posterior (mirando hacia atrás).
  • Vena hepática media: Esta vena corre en la fisura porta media, dividiendo el hígado en lóbulos derecho e izquierdo. Corre justo detrás del IVC.
  • Vena hepática izquierda: Esta vena se encuentra en la fisura porta izquierda, dividiendo el lóbulo izquierdo del hígado en secciones más medial y lateral.
  • Venas del lóbulo caudado: Estas venas terminales cumplen la función de drenar la sangre directamente a la VCI. Se extienden desde el lóbulo caudado, que está conectado con el lóbulo derecho del hígado a través de una estructura estrecha llamada proceso caudado.

Variaciones anatómicas

Las variaciones en la anatomía de las venas hepáticas no son infrecuentes y ocurren en aproximadamente el 30% de la población. En la mayoría de los casos, la vena hepática derecha será la afectada. Los médicos han observado una bifurcación temprana (dividida en dos) o trifurcada (dividida en tres) de esta vena, y algunas personas incluso tienen dos, a medida que drenan en la VCI. Ocasionalmente, las venas hepáticas media e izquierda no forman una sola vena sino que discurren por separado. Además, puede haber una sola vena del lóbulo caudado, en lugar de múltiples.

Función

La función principal de las venas hepáticas es servir como un engranaje importante del sistema circulatorio. Entregan sangre desoxigenada desde el hígado y otros órganos digestivos inferiores como el colon, el intestino delgado, el estómago y el páncreas, de regreso al corazón; esto se hace a través del IVC. Dado que el hígado cumple la importante función de filtrar la sangre a medida que se mueve desde el tracto digestivo, estas venas son particularmente importantes para la salud en general.

Significación clínica

Como se señaló anteriormente, los problemas del hígado pueden afectar las venas hepáticas y viceversa. Más comúnmente, estas venas pueden verse afectadas en casos de cirrosis, en los que hay cicatrización del tejido hepático debido a una variedad de enfermedades, que incluyen hepatitis B, trastorno por consumo de alcohol y trastornos genéticos, entre otros problemas. En estos casos, el flujo sanguíneo se ralentiza y estas venas pueden desarrollar presión arterial alta (hipertensión), lo que es potencialmente muy peligroso.

Los coágulos de las venas hepáticas provocan un trastorno raro llamado síndrome de Budd-Chiari. Esta enfermedad se caracteriza por la inflamación del hígado y el bazo, causada por la interrupción del flujo sanguíneo como resultado de estos bloqueos. También aumenta la presión sobre estas venas y es posible que se acumule líquido en el abdomen. A su vez, esto puede provocar venas varicosas en esa parte del cuerpo (venas grandes hinchadas y deformadas en la superficie del cuerpo) y esta afección se encuentra entre las que conducen a la cirrosis hepática. Otros síntomas incluyen fatiga, dolor abdominal, ictericia (coloración amarillenta de la piel), náuseas y sangrado en el esófago de la garganta.

Si sospecha que tiene alguno de estos problemas, asegúrese de buscar atención médica lo antes posible.

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