El conducto arterioso permeable, o PDA, es un defecto cardíaco congénito común en los bebés prematuros en los que el conducto arterioso (un vaso que conecta la arteria pulmonar con la aorta descendente) no se cierra.

Cuando esto sucede, permite que parte de la sangre del bebé se desvíe de los pulmones. Si no se trata, el PDA puede provocar hipertensión pulmonar, arritmia cardíaca (latidos cardíacos irregulares) e insuficiencia cardíaca congestiva.

El PDA afecta a casi la mitad de todos los micro bebés prematuros (nacidos antes de las 26 semanas o que pesan menos de una libra) y al 15 % de los bebés prematuros nacidos a las 30 semanas. Pocos bebés prematuros tardíos tienen PDA.

Cómo ocurre el conducto arterioso permeable

Antes del nacimiento, la sangre del bebé es oxigenada por la placenta y no por los pulmones. Debido a esto, el sistema respiratorio del feto es muy diferente al de un recién nacido.

En los fetos, una pequeña cantidad de sangre va directamente a los pulmones llenos de líquido para nutrirlos. El resto se distribuye al cuerpo a medida que la sangre se canaliza a través del conducto arterioso, hacia la aorta y fuera del corazón.

Al nacer, la función respiratoria cambia: el bebé comienza a respirar aire y la sangre transportada a los pulmones se oxigena. En esta etapa, el conducto arterioso debe cerrarse. Cuando no es así, parte de la sangre desoxigenada no pasa por el pulmón y se desvía hacia la aorta, donde se bombea al cuerpo en forma desoxigenada.

Síntomas

Un soplo cardíaco suele ser el primer signo de los recién nacidos con PDA. Es posible que un PDA pequeño no cause problemas significativos, por lo que generalmente no se trata. Sin embargo, cuando el PDA es más grande, puede provocar síntomas más significativos, que incluyen:

  • Letargo y debilidad
  • Respiración rápida o dificultosa
  • Pulso saltón (muy fuerte)
  • Taquicardia (frecuencia cardíaca que excede la frecuencia normal en reposo)
  • Cianosis (un color de piel azulado debido a la falta de oxígeno), que afecta principalmente a las extremidades inferiores
  • Disnea (dificultad para respirar)
  • Mala alimentación
  • Pérdida de peso
  • fracaso para prosperar

Diagnostico y tratamiento

Si se sospecha un PDA, normalmente se realizará un ecocardiograma del corazón. La técnica, también conocida como eco cardíaco, utiliza ondas sonoras para capturar el movimiento del corazón. También se puede ordenar una radiografía de tórax (ya que los PDA grandes pueden causar agrandamiento del corazón).

Si se diagnostica, la mayoría de los PDA pequeños se cerrarán solos. Si el PDA está causando síntomas, el médico puede optar por tratarlo con medicamentos intravenosos como NeoProfen (una forma especial de ibuprofeno) o indometacina.

Para aquellos que experimentan hipertensión pulmonar, se puede prescribir una dieta restringida en líquidos para evitar la acumulación excesiva de líquidos que puede ejercer una presión indebida sobre el corazón.

En algunos casos, se puede requerir cirugía. Para los bebés que necesitan cirugía, se puede realizar un procedimiento relativamente común, llamado cirugía de ligadura de PDA. La mayoría no requiere cirugía a corazón abierto, sino que utiliza un catéter insertado en la arteria o vena femoral para cerrar la abertura de forma remota.

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